2 x 1
Como si no hubiera sido suficiente celebrar mi cumpleaños durante 30 horas (empecé a ser felicitado justo después de medianoche en España, es decir, a las 6 de la tarde del día anterior) también lo celebré ayer con una cena. Mi amiga Nathalie, a la que conocí en clase de salsa, me dijo que podía usar su casa para hacer algo, así que hubo barbacoa. Estuvo muy bien, estoy encantado con la gente que voy conociendo aquí. Además también hubo algunos regalos, entre los que hay que destacar a mi nuevo compañero de piso. Es silencioso, pero muy agradable, y no me va a dar mucho trabajo en casa. Es un hibisco (¿se dice así?) y se llama Chuck (el nombre viene de un antiguo juego de ordenador, qué recuerdos...).
Lo de la barbacoa estuvo bien, salvo por dos pequeños contratiempos: intenté hacer pollo con ketchup y miel, y he aprendido que es mala idea hacerlo en la barbacoa. La mitad no quedó muy cocinado, la otra mitad quedó demasiado cocinado; bueno, si le quitabas la capa carbonizada de un centímetro de grosor, estaba bien. Y también sufrí un pequeño accidente, al no distinguir entre abrir la tapa de la barbacoa agarrando la parte de madera, y elegir la parte metálica. Una cicatriz de un par de centímetros me servirá de recordatorio (me siento como las vacas cuando las marcan en los establos).
Otro día pongo fotos de la gente, de la cena y de Chuck.
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