domingo, 29 de octubre de 2006

Ciclo

Habían avisado dos días antes pero no quise creerlo.

A las doce salí a llevar la ropa a lavar, cayeron unos ligeros copos durante un par de minutos, casi como lluvia, casi como si no estuviera pasando.

A las doce y cuarenta volví con más ropa y caían unos cuantos más, muy poquitos y muy poquito tiempo.

A la una y media miré por la puerta de la lavandería y esta vez era más en serio, aunque solo fueran unos minutos más ya no se podía negar la evidencia.

Ya ha empezado. Nos despedimos durante seis meses... se nos harán muy largos mientras te esperamos, aunque también vaya a haber cosas buenas, nuevas diversiones, y en mi caso experiencias que no había tenido antes.

Por cierto, me alegro de que en Madrid tengáis treinta grados.

viernes, 27 de octubre de 2006

Mensaje de respuesta 2

Hola,

Este mensaje es para el venezolano que llegó aquí buscando en Google:


Anécdotas curiosas sobre trajes de bodas

Hey pana, seguro que ibas buscando videos de esos donde alguien se tropieza en el baile de boda, o el cura se cae en la ceremonia cuando pisa el traje de la novia. ¿Qué es eso de reírte de la desgracia ajena? ¿Te parece bonito? Espero que cuando te cases des un patinazo el día de la boda mientras bailas con tu esposa, ruedes por toda la pista de baile y acabes tropezando con el carrito de bebidas y provocando el cabreo del abuelo, que traga más que un fregadero. Y espero que alguien lo grabe y lo ponga en Youtube, así podrás encontrarte a ti mismo cuando busques humor en internet. Que siempre es bueno para el ego.

Ea, es broma, espero que te hayas reído un rato con los videos que hayas encontrado por ahí. Aquí te pongo algo de humor puramente español, por si vuelves a este blog buscando humor rápido. Aviso: humor no garantizado, igual no vuelves.



Un abrazo,

David

jueves, 26 de octubre de 2006

Mensaje de respuesta

Hola,

Este es un mensaje para el internauta mejicano que llegó a este blog hace dos días buscando en Google la frase:


ya me voy a canada quien me da trabajo

Cuate, no te molestes. Aquí hace un frío de morirse durante seis meses al año, la mitad de los quebecos solo hablan francés pero del que no se entiende, y, al contrario que en tu país, donde tenéis esas magnificas pirámides y mucha historia antigua, aquí se libraron de los indios muy pronto (menos los actuales, malviviendo como pueden) y no encontrarás nada más viejo que doscientos años. Seguro que has oido muchas cosas buenas, pero ya sabes lo que dicen por allá: "No todos los que chiflan son arrieros".

Ah, si encima resulta que vienes sin trabajo en plan gorrón, que sepas que tengo tu IP, te voy a rastrear y como me entere de que vienes te voy a estar esperando en la puerta del aeropuerto. Casi mejor, aprovecha ahora que Bush todavía no ha construido el famoso murito y cruza la frontera (si es con papeles mejor), busca tu fortuna en la tierra de las oportunidades, donde necesitan camareros y taxistas a montones. No creas que la suerte te espera aquí, como hice yo al principio (ver predicción en la cabecera de la página). ¡Avisado quedas güey!

Un abrazo,

David

miércoles, 25 de octubre de 2006

Arriesgarse

Aquí en el centro de Montreal hay muchos indigentes. Vamos, no es que en España haya menos, es que aquí se concentran muchos en la zona. Supongo que ver tantos turistas paseando por aquí en verano les anima a venir. Todos ellos son muy amables; te saludan, te piden por favor, y te desean un buen día aunque no les des nada.

Hay uno en concreto que siempre está en la puerta de mi banco. Es mayor, tendrá unos sesenta años, da la impresión de ser alguien muy pacífico, no como otros en los que notas el resentimiento por no tener nada y por no recibir de los demás. A veces le doy algo suelto, otras veces no; cuando es que no, intento no mirarle, no me cuesta decir que no a la gente que pide porque muchos son jóvenes, podrían trabajar o buscarse la vida de otra manera, en cualquier caso están bien sin mi dinero; pero de todas maneras siempre da vergüenza cruzar la mirada con ellos.

Un día hace ya unos meses me paré delante del banco, le di algo y le pregunté cómo estaba, tenía curiosidad y a todos nos gusta que nos hagan caso. Me contó que no estaba muy bien, y no sé qué más, porque hablaba bajito y no entendí mucho. Me dijo que necesitaba una loción para unas heridas pequeñas que tenía en la piel. Así que, pensando en que esa era otra oportunidad para ayudarle, le dije que fuéramos a la farmacia de la esquina. Cuando estábamos allí preguntamos y la encontramos rápidamente. Por un momento tuve un poco de miedo al pensar que igual era carísima y no podía echarme atrás, pero sólo fueron unos dólares. Volví con él a la puerta del banco y me despedí.

Desde entonces, cuando le veo le pregunto qué tal está. No siempre, porque a veces no quiero darle nada y por eso apenas me paro. Cuando le pregunto, siempre me dice que no está bien, aunque si estás pidiendo en la calle seguro que no ves la vida de color rosa... y me enfadaba mucho conmigo mismo, porque quiero ayudarle a veces, pero una parte de mí siente miedo, no sé muy bien de qué.

Otro día me dijo que era su cumpleaños y que alguien le había regalado una botella de vodka, que había bebido en parte. No le iba lo de beber, me dijo, y no era manera de celebrar. Me dijo que quería irse a New Brunswick (una provincia cercana) porque allí conocía gente. Le faltaban 37 dólares para poder irse, según me dijo, con eso podría comprar el billete de bus. Fui a un supermercado cercano, le compré un par de cosas de comer, y seguí preguntandole por el viaje. Como me daba la impresión de que la cosa era buena idea, le di 40 dólares y le deseé suerte. Se abrazó a mí, me dio las gracias varias veces, me despedí y seguí hacia casa.

En ese momento me sentí bien, pero a la vez bastante mal, no sé por qué. Creo que fue porque me preocupaba por él, y yo sabía que no pasará de ser un mendigo al que poder ayudar, pero no alguien con una vida, con respeto por sí mismo, con pruebas de que ha sabido hacerse un hueco en este mundo. Alguien que volverá a pedir mañana y el resto de sus días.

Le vi otra vez dos días despues, el billete costaba más de lo que el creía (me había dicho el precio y me había parecido demasiado barato). Le volvi a comprar algo de comer. Le vi algunas veces mas después, aunque a veces yo también le esquivaba, eso no cambió.

Hace unas semanas, yo iba de camino a casa a comer, hacía algo de frío ya. Me puse a hablar con él otra vez, y decidí dar otro paso más: yo tenía comida de sobra en casa, así que le traje un tupper con pasta y otro con cous-cous. Me traje también un tupper para mí y comimos sentados a la puerta de mi banco. Por qué me cuesta tanto hacerlo, no lo sé, pero cada pequeño paso es una lucha interior; aunque una vez hecho, ya sabes que no volverás a pararte en ese asunto otra vez.

No sé qué más hacer, podría seguir así indefinidamente, y seguramente lo haga, si es que sigue por aquí en el invierno. Pero seguro que hay mejores maneras de ayudar. He visto hace poco en las noticias que he han dado el Nobel de la Paz a un banquero bengalí que tiene un sistema de mini-préstamos: si eres un comerciante modesto, un banco nunca te prestará el poco dinero que necesites para ampliar tu negocio, comprar un coche, etc., y como no podrías avalar un préstamo grande, pues estás atascado. Con los mini-préstamos, miles de personas han conseguido mejorar su situación económica. Y es un negocio rentable para el tipo ese también. He leído en una entrevista que decía que nunca daba dinero a mendigos, aunque le costara. Porque de esa manera les se les ayuda menos que con una oportunidad de valerse por sí mismos. Bonita teoría, pero ¿cómo hacemos eso realidad a nuestro alrededor? Por mucho que quiera creer que se puedo, no veo cómo...

martes, 24 de octubre de 2006

Tres pequeñas buenas noticias

Hoy me he encontrado con tres noticias positivas, profesionalmente hablando:

1. En una de las muchas plazas permanentes que estoy pidiendo, han mandado un email a uno de los tres profesores que puse como referencias, preguntando sobre mí. Es en Edimburgo, no está mal. Al menos me estan teniendo en cuenta, aunque sigo teniendo pocas posibilidades, que las plazas permanentes no las regalan.

2. Me ha dicho mi amigo Emmanuel que ha visto una plaza en Nottingham, que es donde Rana vivió durante unos años. Es muy difícil, pero si me la dieran, ella podría encontrar trabajo allí fácilmente.

3. Acabo de ver en internet que me han evaluado positivamente para la acreditación. Esto significa, en pocas palabras, que puedo empezar a pedir plazas decentes en España...

En fin, sigo teniendo que conseguir una plaza, pero al menos hay más sitios donde intentarlo. Y para empezar, en menos de un mes espero saber si me dan la beca posdoctoral para quedarme aquí dos años más. Algo acabará saliendo.

lunes, 23 de octubre de 2006

Mas vale tarde que nunca

Algo que no me había pasado nunca: me ha contestado una profesora francesa a la que mandé una vez un email preguntándole algo que necesitaba saber sobre un tema. Lo curioso es que el email se lo mandé el 12 de octubre... ¡de 2005! (que me contesten sí que me ha pasado, es lo normal, vamos, en pocos días o semanas). Menos mal que el tema lo había dejado de lado y no me ha hecho mucha falta la respuesta, aunque curiosamente en las últimas semanas había vuelto. Supongo que encima no puedo quejarme.

domingo, 22 de octubre de 2006

Vuelta al tango

Poco a poco vuelvo a la vida de siempre. Ayer fui a clase de tango, después de tres semanas diciendo que no en el último momento porque claramente no estaba en condiciones. Al final, después de un rato allí en clase, lo dejé porque había una mujer de menos, y me dolía un poco por el esfuerzo. Mañana iré otra vez, a la última clase de un mini-curso que hago con Rana, y que me he perdido casi por completo.

El trabajo va un poco mejor que antes, porque las clases a las que voy son interesantes, aunque no tengo claro que lo que aprenda me vaya a servir en lo que hago ahora. Pero son temas importantes en matemáticas, mejor conocerlos.

Por otra parte, estoy disfrutando mucho con las clases que doy. Son matemáticas muy básicas, pero para los que las saben no resultan muy aburridas, porque les hago pensar un poco con los ejercicios y ejemplos. Pasé una encuesta después del examen, para ver si se quejaban mucho de la dificultad, y no fue así, las quejas vienen por lo rápido que vamos y lo mucho que se mete en poco tiempo, pero en eso yo no tengo capacidad de decisión... ah, uno de los estudiantes me puso como comentario:

Siento estar tan dormido en clase, no es que seas aburrido, es que tengo mucho sueño.

¡Cosas peores me han dicho!

Ayer llevé unos papeles a traducir, para lo de la residencia permanente. La pediré en una o dos semanas, bueno, en realidad pediré al gobierno de Quebec un papel que hace falta para pedir la residencia al gobierno canadiense. Si todo va bien, lo tendré en menos de seis meses y pediré lo otro rápidamente, a tiempo antes de que se me acabe el contrato, y así no tendré que irme corriendo del país. También en menos de un mes espero saber si me dan la beca postdoctoral del MEC, con lo que estaría dos años más aquí si quiero, tiempo de sobra para que Rana acabe sus estudios, y yo me busque algo más serio, aparte de un proyecto de investigación más serio, espero. Creo que tengo bastantes posibilidades, ya veremos, espero que me la den porque si no se me pondrá complicado el hacer matemáticas en Montreal.

Y encima, también están los papeleos para la boda, tengo que ir al consulado porque si ellos no me arreglan lo que necesito para casarme en España, lo haremos directamente aquí. Ay, qué bien estaba yo recién operado, sin tener que pensar en otra cosa que las maniobras para levantarme de la cama cuando tocaba ir al baño.

lunes, 16 de octubre de 2006

Anécdotas matemáticas

El sábado salimos unos cuantos al cine, y allí nos encontramos con una pareja amiga de Rana, rumanos que se mudan a Nueva York dentro de nada, aunque el ya lleva tiempo trabajando allí. Luego tomamos algo y estuvimos hablando Rana y yo con él (se llama Costell) porque esta muy a favor del capitalismo y del sistema americano en general. Supongo que el haber crecido en la dictadura comunista de Ceausescu ayuda. Lo pasamos muy bien, y aprendí bastante sobre un punto de vista distinto al mío pero dado por una persona que sabía de lo que hablaba, al menos por tener experiencia propia.

También, este finde ha venido un matemático de visita a Montreal, para una conferencia, pero como conoce a John porque trabajo con el durante 6 meses, han pasado el domingo y el lunes juntos. En estos casos siempre se saca a comer al invitado, y así nos fuimos John, Emmanuel, el tipo y yo. John nos llevo a un sitio de crepes, de hecho nos comimos una cada uno, !pero enorme! Encima, yo desayune a las 12 y cinco minutos después de acabar me llamaron para venir a recogerme...

Durante la comida, en la que hablamos un poco de todo, John contó dos anécdotas curiosas o graciosas según se mire:

Hay un matemático famoso, llamado Coxeter, del que se esta escribiendo una biografía, y pasaron una versión preliminar a John para que echara un vistazo. John nos conto que otro matemático famoso, llamado Conway, solía decir que el Coxeter había intentado matarle. Ante nuestra sorpresa y curiosidad, nos contó la historia: una vez Coxeter dio una charla, y en ella propuso un problema interesante. Conway empezó a pensar en él, y no dejaba de darle vueltas, incluso mientras conducía de vuelta a casa. De repente, en medio de la carretera, se le ocurrió la solución, y por la emoción estuvo a punto de estamparse con un camión que venía de frente. Conway siempre sostuvo que Coxeter sabia que le iba a mantener distraído durante la vuelta a casa.

La otra anécdota es un poco más macabra... hablando de unos y otros, John mencionó a un matemático al que hace unos años había mandado una carta, haciéndole varias preguntas relativas a un problema que John no podía resolver. Varias semanas después, recibió una carta de la mujer del matemático; en ella le explicaba que su marido había recibido su carta, y estaba pensando en el problema por la noche en casa, cuando murió de repente. La viuda pudo al menos confirmar a John que el tipo tenia alguna idea sobre como resolverlo, pues fue una de las ultimas cosas que dijo antes de morir. Le pedimos a John que no nos diera detalles sobre el problema.

Gajes del oficio...

lunes, 9 de octubre de 2006

Enlaces por sorpresa

Viendo el registro de gente que visita este blog no se obtiene mucha información valiosa, pero sí algo gracioso: estas son las búsquedas en Google más recientes que han llevado a alguien hasta mi blog.


"david en canada" blog (y cosas parecidas, obviamente)
veamos canadá
ranas sevilla
romeo dallaire
"contador de minutos" + telefono + invento (¿¿¿???)
EL TIEMPO CASTRO URDIALES MARTES TRES DE OCTUBRE
lavar la ropa en sevilla
"voy a santander"
operacion de hernias antes y despues
como renovar mi permiso de trabajo en canada


A todos ellos, y a los que les sigan, les pido disculpas por no haber satisfecho sus expectativas. Pero bueno, tampoco es que Google sea muy exacto...

sábado, 7 de octubre de 2006

Recuperándome

Han sido unos días tranquilos hasta ahora, no lo estoy pasando mal. Me muevo muuuy despacio y con muchísimo cuidado, pero es que tengo miedo (demasiado) de hacer el movimiento equivocado y que se mueva lo que me han puesto. No en vano me han prohibido levantar más de dos kilos en las próximas 6 semanas...

Aun así, ayer fui a la universidad a dar clase, tempranito y todo. Total, como pensé que me harían otra cosa, no busqué sustituto para ese día, así que el jueves lo intenté pero no encontré ninguno. Me levanté muy temprano, cosa fácil porque tengo un dolor de espalda que no me deja dormir; fui caminando despacito a la uni (tres calles de distancia en 30 minutos); llegué al aula con 20 minutos de antelación y aproveché para escribir en la pizarra todo lo que hacía falta. Me senté en mi silla y, salvo un par de cositas que escribí, no me levanté en toda la clase. Acabé volviendo a casa por la tarde, bastante cansado y un tanto dolorido, pero contento. Lo bueno es que me di cuenta de que, por sencillo que sea lo que estoy enseñando, siempre será mejor si dedico más de los 15 minutos habituales a preparar la clase del día siguiente. ¿Me volveré más responsable con este curso a causa de esto? ¡Qué miedo!

Otra cosa muy buena de la convalecencia es que aprovecho para leer. Ya había contado que compré un montón de libros usados, y ya me he leído tres y medio. Lástima que los tuviera casi todos en la oficina y ahora sólo pueda llevarlos de uno en uno. Lo mismo con la compra, si me animo a salir aprovecho para comprar algo, pero todo de uno en uno.

Ahora estaré una hora más en la oficina, me apetecía mucho salir de casa porque hoy hacía sol y calorcillo en la calle, toda una novedad en octubre, y los 20 minutos hasta la facultad los he disfrutado. Además he quitado la gasa que me habían puesto y la cosa no tiene mala pinta, ¡además por fin una ducha!. Lo peor es que estoy demasiado gordo como para ver lo que ha quedado allí sin tocar. Estaré un rato más aquí, preparando el examen que les hago a los chavales el miércoles, a ver si el silencio continuo en clase se debe a que están concentrados y enterándose de todo (sospecho que es lo contrario). Ya escribiré a partir el martes, que el lunes es Acción de Gracias y lo pasaré en casa cómodamente.

jueves, 5 de octubre de 2006

¡Ay!

Que sepáis que he sobrevivido. Que sepáis también que duele a poco que me mueva (al final no me agujerearon sino que cortaron por lo sano). He venido al despacho a por el libro de texto, porque mañana tengo clase por la mañana, pero no creo que esté en condiciones de darla. Como además el lunes es Acción de Gracias (en Canadá, porque en EEUU es más tarde) tampoco tendré tutorial así que estaré más relajado.

Ea, me vuelvo a casa, ya volveré en unos días. ¡Gracias por los ánimos!

lunes, 2 de octubre de 2006

Última voluntad

Mañana me operan. Una cosa rapidita y simple, tempranito, así tengo el resto del día para empezar a disfrutar mis nuevos agujeros...

Supongo que tardaré un par de días en pasar por aquí a dar señales de vida. En el improbabilísimo caso de que me pasara algo grave, dejo aquí mi voluntad por escrito:

Los pocos objetos de valor que tengo pueden dar para sacar unos dólares; habría que venderlos todos. Juntar las monedas que tengo por la mesa, que son para lavar la ropa; tengo también unas 20 monedas de quince países distintos en la mochila, a ver para qué valen. Con esto, los ahorrillos del banco, y alguna aportación personal de los más pudientes, espero que se haga algo bueno para la humanidad: invertir todo el dinero en un gran proyecto de investigación, con el único propósito de construir una máquina del tiempo, encontrar a un valiente que viaje hasta el 2 de octubre de 2006, ¡y me rescate!

Si veis que todo esto va a resultar muy difícil, pues nada, con lo que tengo podéis tomaros unas copillas a mi salud (ignoremos los miles de kilómetros de distancia). También quiero donar mis órganos, y mejor a amigos que a desconocidos: si andáis necesitados, estad atentos a los próximos días en el blog.

Ah por cierto, si estiro la pata, que sepáis que soy muy rencoroso y tengo muy buena memoria: no dudéis de que volveré de donde sea para cobrarme las deudas no pagadas (dinero, cenas, etc.). De hecho, soy tan rencoroso que haré lo posible para no palmarla y cobrarlas en vida. ¡Que lo paséis bien!