jueves, 29 de septiembre de 2005

El final de un culebrón

He cobrado. Acabo de entrar online en mi cuenta, como llevo haciendo unos días (aunque se suponía que me pagaban mañana), y ya he cobrado. Cuando lo he visto he dado un bote... ¡por fin! Y más de lo que me esperaba, que los impuestos me tenían un poco asustado.

Una cosa que se soluciona. La verdad es que en este momento todavía no me ha calado, porque sigo peleándome con la universidad por otras cosas: sacar libros de la biblioteca, tarjeta de acceso, etc., etc., cada cosa con varios viajes y llamadas para arreglarla. En fin.

Por cierto, según escribía he recibido una llamada de la policía, para que fuera a hacer una identificación. He ido a la comisaría, me han enseñado fotos de unos cuantos tipos, y había uno que se parecía mucho a mi visitante. Igual algún día me llaman para testificar o algo, ya veremos.

Este finde no tengo nada en concreto para hacer (la colada, y cosas así) pero estará bien relajarse sabiendo que voy a cobrar regularmente a partir de ahora.

Una preocupación menos.

domingo, 25 de septiembre de 2005

Angelitos

Como ya he comentado por encima, ahora estoy de voluntario también. Empecé este verano, tres semanas en un centro comunitario cerca de donde vivo, ayudando a 12-añeros a repasar mates para cuando empezaran en el instituto en septiembre. Nada del otro mundo, excepto por los ojos en la nuca que hacen falta para que no alboroten. Pero me lo pasé bien. Además fui de monitor el último día con ellos a un parque de atracciones de aquí, ni que decir tiene que me lo pasé como un enano.

Ahora tienen un programa en el que críos vienen a hacer los deberes durante una o dos horas. Empecé el miércoles, y el primer chaval que me llama quería que le corrigiera los ejercicios de gramática de inglés. Cojo la hoja, la miro un poco, le doy la vuelta para ver los del otro lado, le vuelvo a dar la vuelta... ¡maldita sea, siguen siendo los mismos! ¿Para qué demonios les enseñan todo eso? Es que esperan que alguno acabe en la Academia Canadiense de la Lengua? Claro, tuve que explicarle al chaval que andaba más o menos igual de perdido que él en gramática, pero aproveché para ejemplificarle el uso del diccionario. Que hay que tener recursos. Y encima la siguiente hora la eché con los que iban al cole francés... ¡qué capacidad de improvisación tengo! Sólo espero que no les miren mucho los deberes. En fin, tampoco me quejo, me lo paso bien con los monstruitos. Es mucho mejor que tenerlos uno mismo...

jueves, 22 de septiembre de 2005

Tango otra vez

Hoy tengo mi primera clase de tango en unas cuantas semanas. Ayer debería haber ido a bailar pero me puse a ver una película (Closer, no me gustó nada) y se me fueron las energías. El caso es que no son las clases regulares, sino un "workshop" con una profesora argentina que viene de visita. Las clases de siempre empiezan la semana que viene. Pero apetece eso de bailar, que ya tengo mono. Se nota mucho eso de cortar una actividad de golpe cuando llevas tiempo haciéndola regularmente...

Total, que entre eso, mi clase semanal de Tai Chi, mis varias horas semanales de piano, mis dos horas semanales con críos (estoy ayudando en un centro comunitario) y alguna cosa más, tengo las tardes ocupadísimas, ¡no me puedo quejar! Me gusta esto de tener una rutina, para cuando llegue octubre espero que una de las más importantes (cobrar regularmente) se haya establecido también y entonces ya estará todo en su sitio. Por ahora.

miércoles, 21 de septiembre de 2005

De pasada, seis meses

Así, casi sin enterarme, hace pocos días ha hecho seis meses desde que llegué aquí. Me tomo un par de minutos para reflexionar, más que nada porque no puedo evitarlo, pero en realidad tampoco quiero hacerlo mucho esta vez. Mejor seguir trabajando, luego comiendo, luego saliendo un rato, en fin, cuanto más piensas en vivir de una manera u otra, menos vives. Así que voy a seguir con lo mío después de esta mini-reflexión. Hasta la próxima.

lunes, 19 de septiembre de 2005

Tortilla chi

Sí, tortilla sí. Al final salió una buena tortilla el otro día. Con supervisión, claro.



Ahora tengo en casa unos 4 kilos de patatas que pienso dedicar única y exclusivamente a hacer tortillas para regalar, llevar a fiestas, etc.

Mi vuelta a la rutina es mañana (de hecho, en unas pocas horas), aunque antes de eso ya he incluido una nueva actividad en mi vida: Tai Chi. Los domingos después de comer (para no cambiar, he llegado tarde y encima no he comido). El profesor no es oriental, pero es un tipo muy tranquilo y con un aire muy espiritual. Al final de la clase nos comentaba que los movimientos de Tai Chi salieron de las artes marciales; ha sido todo un poema verle hacer movimientos gráciles, sualves, lentos, mientras con su calmada voz decía: "muy sangriento... letal... y peligroso... tengan cuidado si eligen este camino..."

Pues eso, que cuidadito conmigo a partir de ahora, que dentro de poco estaré haciendo la grulla por ahí. ¿O era el mono borracho?

jueves, 15 de septiembre de 2005

Sobrepeso no, gracias

Ayer fui a preguntar y parece que cobraré el día 30. No sé cuánto, supongo que el sueldo de 4 meses menos impuestos. Me tocará devolver dinero a quien me ha prestado (John, y mi madre en grandes cantidades) así que pasaré unos meses ajustando cuentas. Eso no quita que vaya a celebrar como toca. Ahora ya me voy sintiendo otra vez con muchas ganas de hacer cosas (no esta mañana precisamente, que no he dormido bien) así que espero que el lunes, cuando mi vida se estabilice hasta niveles muy previsibles y rutinarios, pueda por fin ponerme en serio a investigar.

Antes de eso, todavía un par de aventuras: hoy haré una tortilla española. Según mi madre, ya he hecho alguna vez, pero debió de ser tan traumática la experiencia, que mi cerebro ha borrado todo recuerdo al respecto. En fin, con supervisión será mucho mejor. He comprado un saco de patatas, que planeo usar sólo para hacer tortillas, por difícil que parezca no hacer montones de patatas fritas. Ya sé que para muchos las patatas fritas son una tentación irresistible, o peor aún, un alimento de primera necesidad. Sí, yo también pensaba antes que el ketchup y la mayonesa eran, por sí mismos, dosde los cuatro grupos básicos de alimentos. Pero ahora tengo un aliado inesperado en mi cruzada contra el sobrepeso: una báscula. No una cualquiera, he aquí el truco: una báscula que te da tu peso en libras.

Pensadlo un poco. ¿Quién no querría adelgazar sabiendo que así, sin comerlo ni beberlo nunca mejor dicho, pesa 180 libras? (que es mi caso ahora). La verdad es que se hace raro, sobre todo cuando hubo una época hace tres años en que mi peso era de tres cifras, pero en kilos, y prometí alejarme mucho de eso. Al menos perder un par de libras es el doble de fácil que perder un par de kilos... el caso es que así está uno mucho más motivado para comidas bajas en calorías y otras cosas que para mucha gente son todo un suplicio.

Y es que mis desayunos ahora son sanísimos: zumo, leche con cereales, fruta, una tostada con un poco de queso Philadelphia (light) y una loncha de pavo... y ya puestos he descubierto cómo se hace para comer entre las 12 y la 1, como hacen aquí, no tiene ningún misterio: no levantarse después de las diez de la mañana. Es difícil quitarse esa ancestral costumbre, pero cuando desayunas a las 8, al mediodía ya están rugiéndote las tripas. Así cualquiera. De todas maneras me las apaño para comer ensaladas, pescado, algo de pasta, etc. Total, cosas variadas, y ligeras, que hay que compensar los 4 kilitos extra de las vacaciones. No es que cocine mucho ni muy bien, pero si comparamos con mis primeros días en el apartamento:

Comida #1: ensalada "iceberg" con salsa de queso azul.

Cena #1: salchichas con salsa de queso azul.

Comida #2: visita al Subway de la esquina.

Cena #2: ensalada "iceberg" con salchichas y salsa de queso azul.

(Creo que ya podéis adivinar qué tres cosas compré en el supermercado el primer día. Y la salsa me duró todavía varias semanas, ya he aprendido a comprar cosas en botes pequeños).


En fin, si sobrevivo a la tortilla, ya os lo haré saber. Igual así comienzo un negocio (clandestino tendrá que ser) de comida típica española.

martes, 13 de septiembre de 2005

Finde fuera, vuelta a casa

Ayer volvimos del finde en Toronto y Niagara Falls. Ha estado muy muy bien; aunque para mí nada era nuevo, ir con gente que sí disfruta la sorpresa de ver la torre más alta del mundo (y subir), o las cataratas de Niágara (más de 100 millones de litros por minuto), es también una experiencia. Lo único malo del viaje fue que mi madre dejó caer la cámara de mi hermano por accidente el sábado cuando íbamos de camino, y mi hermano ha pasado el finde cabreado, a pesar de eso conseguimos pasarlo bien. En la foto estamos a punto de subirnos al barquito que te lleva muy cerquita de las cataratas (no son las que se ven al fondo, ése es el lado americano, mucho más pequeñas).



En cuanto a mis diversos culebrones, la semana pasada decidí, después de aquel día, por fin dejar de quejarme y hacer algo. El viernes por la noche le dejé una nota a Peter, el que se ocupa del edificio, diciéndole que lo que no me arreglara durante el finde que iba a estar fuera, lo arreglaría alguien a quien yo iba a pagar, y por supuesto pensaba descontar ese dinero del cheque. Me llamó el domingo por la noche para decirme que eso no se podía hacer y que de todas maneras ya había hecho un par de cosas (ya tengo luz en el dormitorio, ¡por fin!). Me da igual que no se pueda hacer, ya bastante he esperado yo, así que le daré el cheque hoy, pero para primeros de octubre, cuando toque otra vez, haré lo mismo con las dos o tres cosas que quedan. Que se acerca el frío y no puedo cerrar la ventana bien...

Sobre John, la verdad es que el tipo es un desastre, pero al menos buena intención pone. Eso sólo hace que esté menos cabreado con él, pero la situación sigue sin arreglarse, así que creo que me seguiré tomando la semana de relax. Por otra parte sigo con papeleos, ya tengo SIN (oséase, número de seguridad social) y ahora voy a por cobertura médica y exención de impuestos provinciales. ¡La lucha sigue!

miércoles, 7 de septiembre de 2005

Un día de mierda

Sí, de mierda de la buena. En realidad el día ha empezado muy pronto, allá por la una de la mañana. Porque esta noche no he dormido (os ahorro los detalles). No hay manera de que mi familia y yo nos pongamos de acuerdo para repartirnos la cama y el sofá, aunque yo lo veo muy claro, pero bueno... al menos esto ya lo he arreglado: la simpática mujer que me deja tocar su piano me había ofrecido una cama, así que hoy mismo he ido a pedirle el favor, y yo dormiré allí estos días.

Por otra parte, John no acaba de arreglar mi papel, y si esto se alarga un par de días más me perderé el siguiente día de paga y no cobraré hasta octubre. Iba a echarle una bronca hoy si le veía, porque ahora lo que se tarde es sólo culpa suya; pero al final he vuelto a ser un idiota y me he callado.

Y ayer el capullo del conserje me llamó para ver si tenía el cheque de la renta, le di largas por no decirle lo que debería haberle dicho. Esta mañana he llamado para informarme sobre poner una denuncia, pero tardan entre 1 y 3 años en ir a juicio con esto, asi que básicamente pueden tomarme el pelo hasta que se me acabe el contrato de alquiler. De todas maneras he llamado a la empresa, el tipo no estaba y que le he dejado un mensaje contundente (he conseguido no gritar ni insultar pero ha costado). Y ya tengo claro que no voy a pagar la renta hasta que me arreglen todo. Igual acabo siendo yo al que llevan a juicio, pero pasarse dos meses sin luz en el dormitorio no es serio, por decir sólo una de las cosas que hacen falta.

En fin, no tengo ningunas ganas de trabajar, las muchísimas energías que tenía se han ido todas a la mierda con todo esto. Al menos se me ha pasado en buena medida el infinito cabreo que he tenido todo el día. Creo que a partir de ahora haré turismo con mi familia y que den por culo a todos hasta que se arreglen las cosas. Mañana iremos al jardín botánico y a un espectáculo donde actúan algunos de mis profesores de tango. El sábado por la mañana nos vamos a Toronto, el domingo a las cataratas de Niágara, y de vuelta el lunes, supongo. Ya contaré y pondré fotos, buen finde si no escribo antes.

martes, 6 de septiembre de 2005

El ganador se lo lleva todo

Se acerca la hora de la verdad. Busco mi sitio, me preparo, me acomodo. Mi contrincante hace lo mismo. Cada uno con un único objetivo en mente. La concentración es esencial, la relajación es fundamental. Cada uno dando la espalda al otro, siendo perfectamente consciente de lo que está en juego. Un ganador. Un perdedor.

El tiempo pasa lentamente, pero no debo pensar en ello. Si no estoy relajado y distendido, la derrota es segura. No debo ponerme nervioso, ni pensar en mi oponente: de espaldas a mí, siguiendo el mismo camino que yo, corriendo contra mí, ambos jugando contra reloj pero al mismo tiempo esperando.

Mi mente comienza a alejarse, poco a poco, del mundo real. Mis pensamientos, cada vez menos conscientes, se diluyen entre muchas pequeñas ideas que vagan al azar por mi cabeza. Aunque ya no me doy cuenta, cada vez estoy más cerca de mi meta. Y entonces, sin previo aviso, el mundo real me golpea crudamente...

ZZZZZZZZZZ.

La realidad es incontestable: mi hermano ha empezado a roncar antes que yo. Él es el vencedor esta noche, el que ronca a pierna suelta mientras el otro recuerda sistemáticamente a todos los antepasados del que ha conseguido dormirse primero (con el agravante de que en este caso esos antepasados son los míos). De nuevo, su combinación de potente ronquido (aunque no le ando muy a la zaga) y sueño eficaz y pesadísimo han dado al traste con mis planes de dormir suficientes horas para no ser un día más el zombie más español de Montreal. Ni siquiera una buena tunda de patadas a traición sería una solución; sólo valdría para repetir mi derrota esta noche.

Mañana compro tapones. La victoria (y la salud en este caso) bien vale saltarse un poco las reglas.

Vaya manera de empezar a compartir mi flamante cama de matrimonio.

domingo, 4 de septiembre de 2005

O Canada! (de vuelta en casa)

Bueno, pues ayer cogimos el avión (en realidad dos) y nos plantamos en Montreal después de unas 12 horas de viaje. Es en plural, mi madre y mi hermano estarán conmigo dos semanas. El viaje se hizo corto, aunque no para mi madre, que no se cansó de mirar por la ventanilla (lo más lejos que había ido era Portugal y Barcelona). Por mi parte, me habían regalado un libro de Sudoku, a lo que dediqué casi todo el viaje. De todas maneras, estaba reventado, porque eran las fiestas de Alcorcón y me acosté a las 2:30, para luego levantarme antes de las 9. Por cierto, saludos a Jorge, Fito, y mi tocayo David (por respeto no pongo la foto del pulpo). Por ayudarme a acabar mis vacaciones como tiene que ser.

En fin, cuando llegué a Montreal tuve una sensación rara, supongo que por juntarse por un momento mis familiares sensaciones en casa (llevaba dos días de muy buen humor antes de venirme de Madrid, deseando volver) con las sensaciones familiares del pasado (llegar hablando en español con la familia). Por otra parte, me esperaba un montón de burocracia y controles de seguridad (tardamos un siglo en el transbordo, porque fue en Filadelfia, están locos estos americanos). Pero no fue así, salvo para mí, que tuve que hacer una cola para que me dieran el permiso de trabajo (ya os contaré los últimos pasos para conseguirlo finalmente). Y todo para que me impriman un papelito y me lo grapen al pasaporte. En fin, al menos ahora sí serán sólo un par de semanas antes de cobrar.

Y eso, hoy no he hecho mucho, ni siquiera descansé de verdad; estaba ya demasiado acostumbrado a una cama grande para mí solo. Hemos dado alguna vuelta por la ciudad, pero a partir de mañana, yo trabajo de 9 a 5, mientras ellos van viendo cosas. El finde les llevaré a Toronto a las cataratas de Niágara. Pero yo vengo con las pilas muy cargadas y muchas ganas de trabajar. Igual notaré el tener visita porque tendré pocas oportunidades de vida social y eso me rompe la rutina, pero también tiene sus cosas buenas, cómo no. Ya os contaré más, que para mí también es una buena oportunidad de hacer de turista.

viernes, 2 de septiembre de 2005

Último día de vacaciones

En un rato hago la maleta, por una vez la haré con algo de antelación (salimos mañana), porque mañana por la mañana salimos. De todas maneras, hoy son las fiestas de Alcorcón, así que saldré como en los viejos tiempos, con algunos amigos.

La verdad, estoy deseando volver. Ha sido genial ver a tanta gente querida, pero echo de menos mi apartamento, mi rutina, las pequeñas cosas que tenía allí. Cuando vuelva no será todavía lo mismo, seguiré un par de semanas de semi-vacaciones, trabajando pero con la familia. Aun así, me apetece mucho volver a Montreal, a casa.

Pues nada, ya escribiré otra vez cuando esté de vuelta. Encantado de haber visto a muchos de vosotros, y ya volveré por aquí en navidad si todo va bien.