miércoles, 25 de mayo de 2005

Tlf y otros trastos

Esta mañana me he comprado un móvil. Ya lo tenía en mente, pero me han convencido de que no se puede estar tan desconectado. El caso es que llevo estos dos meses con mi antiguo móvil a cuestas, pero como sale caro llamar y a los demás llamarme (es llamada internacional) lo usaba sólo de reloj y agenda. Total, ya tocaba cambiar.

El caso es que me ha servido para darme cuenta, una vez más, de cómo no hay que dar cosas por sentado sólo porque en tu país se hagan siempre de una determinada manera. Por ejemplo, dos cosas que son distintas aquí y de las que tuve suerte de enterarme antes de gastar un duro:

- En general, pagas por recibir llamadas. Sí, si te llaman pagas. A menos que el plan que contrates incluya llamadas recibidas gratuitas, claro. Pero no es así por defecto.

- Servicios como buzón de voz o ver qué número te está llamando no están incluidos; pagas por ellos si los contratas, como servicios adicionales.

Hay otras lindezas menores, pero para el que no planea hablar demasiado (a ver si lo cumplo) no sale caro si te enteras de todas las condiciones. Y como lo he hecho por un par de años, me ha salido gratis el móvil, que de hecho es exactamente igual al que ya tenía, salvo el color. Ahora podré empezar a repartir mi número generosamente... el otro móvil seguirá encendido, para seguir recibiendo las ocasionales llamadas y mensajes a las 4 AM, pero creo que pronto acabará en un cajón con otros trastos.

Y hablando de trastos, una cosa muy típica aquí ahora que se acerca el verano son los "garage sales". Esto es, cuando ves que se te acumulan muchos trastos, eliges un día de fin de semana, pones un pequeño anuncio en el periódico, y sacas los trastos a la calle para venderlos casi regalados. Así haces sitio y te sacas un par de pavos. Yo fui hace un par de semanas con Gwen a una venta de estas (ella adora comprar cacharros así) y hasta yo acabé picando:

- Cartel con Garfield diciendo "I hate mornings": 1$. Lo primero que veo al despertar.

- Diversos CDs de música canadiense: 8$. Incluyen varios discos de Sarah McLeod (que no he escuchado todavía ni sé quién es) y un par de un grupo femenino llamado "Medieval babes" que, a pesar de lo que podría esperarse, suenan bien.

- Una bolsa negra para mis zapatos de baile: 2$. Aterciopelada por dentro, todo un regalo.

- Una bola negra del número 8: 1$. Es de esas que haces una pregunta, la agitas y miras la respuesta que te dice la bola. En francés. Si se cumple todo lo que he preguntado a la bola, este puede ser un verano memorable...

- Darte cuenta después de sólo dos meses hasta qué punto te estás metiendo en una típica vida canadiense: no tiene precio.

Por ahora no he comprado más tonterías, pero soy muy dado a estas chorradas así que seguro que acabaré llenando mi habitación de cacharros que tendré que andar arrastrando cuando me mude. Aunque Gwen, por supuesto, ya tiene la solución para eso: hacer nuestro propio "garage sale"...

0 comentarios: