El día de Canadá
Mañana de nuevo es fiesta aquí: el Día Nacional de Canadá. Esto me hace pensar un poco en las diferencias entre España y Canadá, en la gente, en cómo funcionan las cosas aquí, en el tiempo que llevo ya... por otra parte, mi lado práctico gana el control rápidamente, seguro que hay desfiles y otras cosas parecidas, así que intentaré enterarme de algo interesante que se pueda hacer; si no, de todas maneras tengo trabajo, compras y limpieza que hacer...
...porque, aparentemente, hoy me mudo. ¿Aparentemente? Sí, la cama y el microondas me los traen hoy a las 8 o así, pero el conserje no ha conseguido hablar con la que ocupa el apartamento ahora para saber cuándo se va, así que en principio dejaré la cama en un cuarto del edificio y mañana la subiré. Eso suponiendo que esa mujer haga la mudanza mañana. Pero si no, también estoy tranquilo: soy el inquilino a partir de mañana, y ya tengo copia de la llave, lo que significa que mañana dormiré allí. Independientemente de cuántos muebles me encuentre, de quién sea el dueño de esos muebles, y de cómo se pueda poner cuando vea que (a) sus muebles acaban fuera del apartamento, o (b) me dedico a usarlos hasta que se los lleve. En fin, espero no tener que ponerme a las malas, pero eso de que el casero no haya conseguido todavía hablar con ella no me augura nada bueno...
Lo demás, como siempre. El domingo fui a bailar al puerto, porque allí ponen salsa por la tarde, estuvo muy bien. En cuanto a la competición, ya he decidido bailar con el mejor grupo de los dos, porque sé que me lo pasaré mejor, que es lo primero. Y las posibilidades de ganar mejoran bastante, que hay un dinerillo en juego. Ayer había tango en un parque, fui con una amiga pero no sabíamos donde era; después de andar durante dos horas encontramos el sitio justo cuando empezó a diluviar. Aun así, una buena tarde. Este finde no tengo planes, igual cine, pero supongo que ordenar un poco mis cosas y hacer inventario. Ya os contaré cómo ha ido todo.
¡Buen fin de semana!