lunes, 20 de junio de 2005

El arroz perfecto

Hoy ha sido un gran día lleno de pequeñas cosas buenas. Y sólo son las 4 de la tarde. He empezado el día con 15 dólares en el bolsillo. He ido al banco y me han dicho que la transferencia tarda de hecho dos o tres días, he sacado mis últimos 20 dólares y me he ido a la facultad. Estaba pensando cómo diablos vivir con 35 dólares durante 3 días, teniendo en cuenta que pago la comida (ceno en casa), que tengo una fiesta salsera el jueves y tengo que llevar bebida, y que quería comprar un par de cosas a poco tardar. Y cuando me he dado cuenta, un par de personas me miraban un poco raro en la calle, y me he dado cuenta de que me estaba riendo en voz alta. Creo que los problemas monetarios no me harán sufrir más. De todas maneras, John me ha preguntado por el dinero que necesitaba y me ha dicho que me podía conseguir 400 dólares instantáneamente (supongo que se referiría al cajero, no le veo asaltando a nadie). Le he pedido 100 dólares, que tampoco vale la pena estar contando céntimos.

Me he ido a casa a comer y a por un papel, y me he encontrado dos cartas de inmigración. Me han hecho dudar, pero las he abierto sabiendo que nada terriblemente malo me podía pasar. Y de hecho ha pasado algo muy bueno: la primera que he abierto contenía un documento oficial que extiende mi visita aquí del 15 de junio al 15 de septiembre. Lo que significa que incluso aunque me denegaran el permiso de trabajo (cosa casi imposible) todavía podría volver a pedirlo antes de tener que marcharme. La segunda carta contenía una información inútil (que me mandaban el papel oficial en sobre aparte) y una muy útil (que por motivos desconocidos no tenía que haber pagado los $75 de la solicitud, y ya vienen de camino).

Luego he ido a la oficina del decano, cuya firma necesitaba para mi contrato. Pensé que tardaría siglos, pero de hecho me han dicho que ya estaba y que me habían estado llamando para decírmelo. A falta de un papel, estoy a punto de pertenecer a la universidad, es decir, poder recibir el dinero que ya me merezco... en 5 minutos voy a entregarlo. Así, aunque el permiso de trabajo tarde, me pagarán retroactivamente desde hoy.

Pero lo mejor de todo ha sido la hora de la comida. He comido en casa porque llevo dos días malo del estómago, y el arroz va bien. Pues bueno, algunos ya sabéis que mi técnica de cocinar arroz es echar agua de sobra, cocinarlo y luego colar el agua sobrante. Nada de medir la cantidad justa, que si te quedas corto o si lo dejas demasiado, se pega del todo. Claro que con el agua extra, no queda muy bien tampoco...

Esta vez, siendo la primera en Canadá, directamente he puesto tres tazas de agua a hervir. Después he echado una taza y media de arroz. Cuando iba estando, he llamado por teléfono a una amiga a España. En medio de la llamada he ido a apagar el fuego y lo he dejado reposando.

Y cuando he colgado y he vuelto a la cocina, me he encontrado con el arroz perfecto.

Hoy ha sido un gran día.

PD: John nos llevo a mí, a un par de invitados como yo, y a su mujer a comer a Chinatown (claro, con el estómago malo, imaginad como acabé). En las fotos estamos John junto a su mujer, y los tres invitados, de Beijing, Buenos Aires y Madrid

6 comentarios:

... y David Sevilla dijo...

UPDATE: se ha estropeado un poquito el día porque mi contrato tardará unos días (o semanas) y hasta que no esté, no me pagan. Así que perderé en total un mes de sueldo. Creo que para olvidarlo me voy a bailar esta noche, seguro que funciona :)

David

... y Anónimo dijo...

Me ha gustado esta historia, pero despues de leerla yo le hubiera puesto otro titulo:
" A DAVID NO SE LE PASA EL ARROZ, A PESAR DE LO QUE DIGAN LAS MALAS LENGUAS".
Vaya, parece un titulo de una pelicula de Almodovar, jo si es que soy la alegria de la huerta;
Un saludo.
Domingo,

... y Anónimo dijo...

Por cierto, muy guapas las fotos, sabemos que tienes camara, por lo que a utilizarla mas a menudo.

... y Anónimo dijo...

No pierdas el tiempo en hacer vida social, lo que tienes que hacer es amortizar la cama o pensar un medio para ese fin.
Luego se te echa el tiempo encima y la cama sin amortizar.
(¿Se puede decir más veces en el mismo parrafo las palabra tiempo y cama? pues es evidente que si).

... y David Sevilla dijo...

Gracias por el consejo, si no me lo dices no lo habría pensado nunca.

David

PD: empiezo a arrepentirme un poco de contar lo de la cama...

... y Anónimo dijo...

Y más que te vas a arrepentir, Claudio ha oido que tienes sitio para quedarse y va para allá con treinta amigos.
PD: Ronca , lo se por fuentes fiables, pero es muy cariñoso en el fondo, te llevas una joya.