martes, 28 de noviembre de 2006

El matemático que surgió del frío

Hoy me han envenenado, como al espía ruso ese.

Nooo, todos tranquilos. Que me he dejado.

Vale vale, me explico. Como mi estómago me da la lata desde hace tiempo, mi gastroenterólogo me ha mandado varias pruebas. La primera fue la semana pasada: ultrasonidos. Por el nombre yo pensaba que me pondrían a Metallica a todo volumen o algo así, pero no, me han hecho lo que les hacen a las embarazadas para saber lo que se cuece.

Y hoy me ha tocado la segunda prueba: un UGI, que consiste en que te tomas una bebida de sulfato de bario, que vale para que los rayos X saquen bien los contornos del estómago. En realidad no es nada venenoso; vamos, con tomar muchos líquidos y fibras para que salga todo del cuerpo en un par de días, vale. Es que si no se pone uno dramático cuando surge una oportunidad... si no, os voy a acabar contando cómo hago la colada (bueno, a veces también pasan cosas así).

Dentro de dos semanas tengo una gastroscopia, en esas te meten un tubo por la garganta para ver que hay en el estómago. Ahí sí que me lo pasaré bien, ya lo estoy imaginando.

1 comentarios:

... y David dijo...

vaya.. Pues sí que estás pachucho... Tranquilo, el único efecto secundario se nota antes de tirar de la cadena... pero no todos los días se ve un fondo rosa.. jeje..
Espero que no tengas un bichito de esos jodidos (tipo H. pilori) porque se necesita medicacion larga, dificil y dura (como si tuvieras una negociación con una banda terrorista ;-)
Por cierto, y sin que venga mucho a cuento.. HE SIDO TÍO!!!!..