lunes, 31 de julio de 2006

Cosas inevitables

"Y cuando deseas algo, todo el Universo conspira para que tú realices tu deseo"

El Alquimista, de Paulo Coelho


Y una porra. Todo lo contrario, empiezo a pensar que el universo fue creado por un chistoso/a que se lo pasa pipa viendo nuestros ciegos esfuerzos por burlar al destino. Como decían en el Club de la comedia, esa debe de ser la famosa "gracia de Dios". Total, si no creéis en el destino después de las muchas aventurillas que me van pasando... o igual es que soy el único que aprovecha su blog para esto.

Os cuento. Desde que estoy en mi nuevo apartamento, voy a lavar la ropa a una lavandería cercana. Había ido allí alguna vez hace mucho, aunque el ultimo año siempre lavaba en el edificio donde vivía. Aquí las lavadoras no son como en España, no hay muchos números o letras, solo un par de opciones para elegir al empezar. Y el suavizante no se pone en caja aparte, se echa al tambor cuando cambian el agua. Por cierto que muchas veces se me pasaba, y al final ya desistía. Y en las dos veces que había ido a la otra lavandería este mes, siempre me olvidaba de ponerlo a pesar de cargar con la botella, cosa que se nota bastante a veces. Encima, las maquinas que tienen allí tienen contador de minutos, con lo que es bastante fácil saber cuando se va a encender la lucecita para que lo pongas. Pero nada, se despista uno unos minutos, y ya esta la ropa dando vueltas a todo trapo.

Como ademas llevaba tiempo sin ir, y me decidí a lavar cosas que no estaba usando, acabe poniendo nada menos que seis lavadoras a la vez. Y nada, allí atento a la pantallita de la primera, botella de suavizante en mano. Tan atento estaba yo, que no vi pasar a mi lado al primer bombero. Aunque al segundo si lo vi. Entonces me di cuenta de que el olorcillo raro que se notaba no era el de la ropa sucia. Al minuto ya estábamos todos los clientes fuera (sin prisas, fue un incendio muy pequeño, casi nos podíamos haber quedado). Claro, cuando volvimos un cuarto de hora después, mi ropa ya estaba lavada del todo, y mas crujiente que una tostada.

Si cuando no, pues no...

PD: al final no llovió el día del picnic, lo pasamos muy bien, muchas cosas distintas para comer, todas ellas buenísimas, y encantado de pasar el tiempo con amigos.

2 comentarios:

... y Anónimo dijo...

La verdad, podría haber sido peor... tu ropa quemada te habría quedado aún más crujiente, jeje... ¡Dios mío!! No habrá sido esa camisa japonesa, ¿verdad? Dime que no!!!
Alcalá forever.

... y Frau Eva dijo...

Tal vez estés destinado a la ropa crujiente o sea un deseo de tu subconciente jaja podrías empezar a usar un cronómetro o una alarma escandalosa :D si no hay incendios podría funcionar
Saludos