lunes, 24 de julio de 2006

UPS: Una Panda de Soplapollas

Si mi propio blog no me vale para echar sapos y culebras...

El martes de la semana pasada me mandaron desde España mis títulos universitarios y otros papeles importantes. Por UPS... ¡gravísimo error! Si me hubieran preguntado, habría dicho que con ellos no, ya he oído muchas historias. Pero ya era demasiado tarde para quejarse... cien euros que costó la broma.

El reparto lo hacen de 8 de la mañana a 8 de la noche. No hay ninguna manera de saber cuándo vendrán. Y no llaman, ni aunque lo pidas (aunque te pidan el número de teléfono para rellenar los datos). Así que tienes que estar 12 horas metido en casa esperando a que vengan. Como el jueves no estuve 12 horas en casa, lo que me encontré al ir a buscar algo por la tarde fue el primer aviso (se supone que vienen tres veces, después de eso tienes 5 días para ir a buscarlo tú mismo antes de que lo manden de vuelta).

Así que les llamo a las 4 de la tarde ese jueves, y les digo que si no me pueden llamar de alguna manera, que mi oficina está a 5 minutos de casa y voy en un momento; la telefonista me coge la dirección de la oficina para llevarlo allí el viernes.

Pues bien, estuve el viernes desde las 8:30 hasta las 18:00 en el despacho, con la excepción de una visita de 15 minutos a una oficina de Concordia (para lo que hice a mi amigo Emmanuel venir a mi despacho temprano a sustituirme por si acaso). A las seis y media de la tarde les llamo, y me dicen que el paquete no ha salido ese día por un error. Le monto un pollo a la pobre telefonista, y me dice que el lunes por la mañana me llamará el encargado antes de las 10, y que traerán el paquete seguro.

Así que os podéis imaginar el cabreo que tengo hoy, lunes a las 8 y media de la tarde, cuando no me han traído nada al despacho después de haber madrugado por si acaso, después de llamar por la mañana y que me dijeran que lo ponían para mañana (!), y gritar un poco más al pobre hombre que sólo tiene la culpa de haber aceptado un trabajo basura. Y mañana por la mañana tengo dentista, lo que me garantiza no estar aquí durante varias horas. Pero vamos, a las 7:30 abren la oficina, y a esa hora les voy a estar llamando para llamarles de todo para reclamarles mi paquete y para pedirles una indemnización.

Ah, y para acabar de joderlo todo, encima en la web estoy mirando el seguimiento del paquete, que son dos en realidad, y uno ha sido ya entregado esta mañana a un recepcionista llamado LaFlamme. No hay nadie así en Concordia.

Me van a oír estos ladrones.

(ACTUALIZACIÓN DEL MARTES 25: después de varias llamadas, varios gritos y amenazas, y mucha bilis generada, he conseguido uno de los dos paquetes, y espero que el otro lo encuentren pronto, que son mis títulos universitarios. Pero al menos ya me he calmado.)

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