Recuperándome
Han sido unos días tranquilos hasta ahora, no lo estoy pasando mal. Me muevo muuuy despacio y con muchísimo cuidado, pero es que tengo miedo (demasiado) de hacer el movimiento equivocado y que se mueva lo que me han puesto. No en vano me han prohibido levantar más de dos kilos en las próximas 6 semanas...
Aun así, ayer fui a la universidad a dar clase, tempranito y todo. Total, como pensé que me harían otra cosa, no busqué sustituto para ese día, así que el jueves lo intenté pero no encontré ninguno. Me levanté muy temprano, cosa fácil porque tengo un dolor de espalda que no me deja dormir; fui caminando despacito a la uni (tres calles de distancia en 30 minutos); llegué al aula con 20 minutos de antelación y aproveché para escribir en la pizarra todo lo que hacía falta. Me senté en mi silla y, salvo un par de cositas que escribí, no me levanté en toda la clase. Acabé volviendo a casa por la tarde, bastante cansado y un tanto dolorido, pero contento. Lo bueno es que me di cuenta de que, por sencillo que sea lo que estoy enseñando, siempre será mejor si dedico más de los 15 minutos habituales a preparar la clase del día siguiente. ¿Me volveré más responsable con este curso a causa de esto? ¡Qué miedo!
Otra cosa muy buena de la convalecencia es que aprovecho para leer. Ya había contado que compré un montón de libros usados, y ya me he leído tres y medio. Lástima que los tuviera casi todos en la oficina y ahora sólo pueda llevarlos de uno en uno. Lo mismo con la compra, si me animo a salir aprovecho para comprar algo, pero todo de uno en uno.
Ahora estaré una hora más en la oficina, me apetecía mucho salir de casa porque hoy hacía sol y calorcillo en la calle, toda una novedad en octubre, y los 20 minutos hasta la facultad los he disfrutado. Además he quitado la gasa que me habían puesto y la cosa no tiene mala pinta, ¡además por fin una ducha!. Lo peor es que estoy demasiado gordo como para ver lo que ha quedado allí sin tocar. Estaré un rato más aquí, preparando el examen que les hago a los chavales el miércoles, a ver si el silencio continuo en clase se debe a que están concentrados y enterándose de todo (sospecho que es lo contrario). Ya escribiré a partir el martes, que el lunes es Acción de Gracias y lo pasaré en casa cómodamente.
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