Ya me huele a turrón
Vaya, he pasado unos cuandos días sin actualizar. Así que os habéis perdido unas pocas cosas (no demasiadas): los nulos preparativos que he hecho, porque la maleta ya se sabe que es mejor hacerla tres horas antes de que salga el avión. La hecatombe profesional que me supone tener de repente una compañera de despacho, una mujer de origen búlgaro que parece buena persona pero me va a dar menos conversación que un gato de escayola, y cuya presencia anula completamente mis planes de grandes juergas en el despacho. Algunas invitaciones para celebraciones de navidad, a las que no he respondido demasiado (tremendos ataques de vaguitis que me han dado estos días). Mucha nieve por las calles, pero con poco frío, o sea que sólo lo bueno, dar saltos como un crío y tal, tampoco es nada del otro mundo, pero no todos podemos ser de Burgos o similar.
A última hora de la noche estoy todavía en el despacho, arreglando un par de cosas, y me ha dado por mirar los datos del vuelo. Para estar seguro, he ido a la página de la línea aérea para buscar el vuelo, ¡y no lo encontraba! Un rato de pánico, pero luego se ha arreglado todo, el número de vuelo que tenía en el último email estaba mal. Seguro que no será mi último contratiempo antes del viaje.
Por cierto, como si no aumentaran ya bastante las posibilidades de retrasos y tal con la nieve, encima hago el transbordo en Philadelphia y sólo tengo 55 minutos. Menos mal que viajando desde Canadá no te registran mucho, pero como pase cualquier cosilla me veo tirado en EEUU otro día más. En fin, mejor no ponerse negativos tan pronto.
Pues nada, la próxima actualización la haré desde Madrid, y espero que para entonces ya habré llamado o incluso visto a algunos de los que leáis esto. Será divertido.
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