domingo, 25 de diciembre de 2005

Navidades blancas

En Montreal claro, porque en Madrid sólo hace un poco de frío. Yo aquí estoy pasando incluso algo de calor, menos en casa, porque estoy acostumbrado a que todos los edificios tengan calefacción...

Llevo casi una semana, y he tenido tiempo de ver a amigos en Madrid y en Santander (lástima no poder poner fotos desde aquí), comer y cenar deliciosos manjares, empaparme de espíritu navideño, y demás cosas típicas. Incluído turrón, que no sé si tienen algo de eso en Montreal, mejor aprovechar aquí. Poco más cuento, que todos habréis hecho lo mismo.

En la semana y media que me queda, ver a más gente, también trabajar un poco (cosas que me traje para hacer, y papeleos que hacer aquí). Y bueno, hay tiempo de todo, ya veremos. Todavía tengo unos días para pensar los deseos y buenos propósitos para el año nuevo. Mientras tanto, que disfrutéis lo que podáis.

lunes, 19 de diciembre de 2005

Ya me huele a turrón

Vaya, he pasado unos cuandos días sin actualizar. Así que os habéis perdido unas pocas cosas (no demasiadas): los nulos preparativos que he hecho, porque la maleta ya se sabe que es mejor hacerla tres horas antes de que salga el avión. La hecatombe profesional que me supone tener de repente una compañera de despacho, una mujer de origen búlgaro que parece buena persona pero me va a dar menos conversación que un gato de escayola, y cuya presencia anula completamente mis planes de grandes juergas en el despacho. Algunas invitaciones para celebraciones de navidad, a las que no he respondido demasiado (tremendos ataques de vaguitis que me han dado estos días). Mucha nieve por las calles, pero con poco frío, o sea que sólo lo bueno, dar saltos como un crío y tal, tampoco es nada del otro mundo, pero no todos podemos ser de Burgos o similar.



A última hora de la noche estoy todavía en el despacho, arreglando un par de cosas, y me ha dado por mirar los datos del vuelo. Para estar seguro, he ido a la página de la línea aérea para buscar el vuelo, ¡y no lo encontraba! Un rato de pánico, pero luego se ha arreglado todo, el número de vuelo que tenía en el último email estaba mal. Seguro que no será mi último contratiempo antes del viaje.

Por cierto, como si no aumentaran ya bastante las posibilidades de retrasos y tal con la nieve, encima hago el transbordo en Philadelphia y sólo tengo 55 minutos. Menos mal que viajando desde Canadá no te registran mucho, pero como pase cualquier cosilla me veo tirado en EEUU otro día más. En fin, mejor no ponerse negativos tan pronto.

Pues nada, la próxima actualización la haré desde Madrid, y espero que para entonces ya habré llamado o incluso visto a algunos de los que leáis esto. Será divertido.

martes, 13 de diciembre de 2005

En menos de 7 días

En menos de 7 días habré viajado 5540 en 10 horas. Llevaré dos días seguidos sin dormir, aunque ya estaré metidito en la cama, pero no en cualquier cama sino en la cama, la buena, la única. Tendré el estómago bien lleno, porque habré cenado un rato antes, y con esa serán dos las opíparas comidas que mi madre habrá preparado para mí. Habré hecho una docena de llamadas por teléfono, y habré recibido algunas. Habré hablado con mi madre, aunque realmente sin hablar porque poco habrá que decir, pero hablando. Si no estoy muy cansado habré dado un paseo por Alcorcón por la tarde. Y un rato antes de dormirme, me habré parado a pensar en esa sensación que tiene uno cuando vuelve un poco al pasado, y también habré pensado que siempre que viajo pienso eso en algún momento, y sonreiré, y volveré a sonreír pensando en que siempre sonrío por esto también.

A estas horas estaré ya dormido... quizás feliz porque unas horas después madrugaré para pasar dos días en Santander; o quizás feliz porque antes de eso voy a pasar unos días haciendo la compra con mi madre, yendo en metro a la Puerta del Sol, y todo ello sin poder evitar pensar en Montreal (sin quererlo evitar tampoco), en los muchos centímetros de nieve que tenía bajo mis pies una semana antes, en tareas y rutinas que tardarán pocas horas en convertirse en un pasado lejano. Seguramente caminaré entre gentes que hablan el mismo idioma, que tienen el mismo color, que no pueden sorprenderte contándote cosas de los países donde han vivido, y eso estará bien también.

También recordaré el último fin de semana que pasé en Montreal, quedando con amigos, yendo al cine, felicitando las fiestas a los que se quedan, aunque sabiendo que dos semanas no son nada y pronto estaré de vuelta.

Pero ahora, siete días antes de todo eso, de repente paro de escribir, y viajar, y pensar en mí mismo pensando, y con un par de clicks de ratón pongo esto en esa papelera de pensamientos que es un blog, y vuelvo a trabajar, que quiero acabar antes de irme a cenar.

viernes, 9 de diciembre de 2005

Viejas y nuevas rutinas

Rutinas que recuperar cuanto antes posible: levantarme antes de las 9. Cocinar para varios días, variadamente en lugar de 70% arroz - 30% pizza. Fregar y demás en casa, ya no vivo en un hotel. Hacer la compra, ya no vivo a 1.5 millas de la tienda más cercana. Acostarme más pronto, las 3h seguidas de dibujos animados ya no son excusa, menos aún sin tener tele. Llamar regularmete a familia y amigos, ahora que me vuelve a salir más barato llamar a España que a ellos una llamada interprovincial. Volver a bailar. Leer más en el trabajo para aprender más cosas y dejar el ordenador de lado.

Nuevas rutinas: ponerme dos camisetas y dos pares de calcetines por la mañana (y quizás dejarme los pantalones del pijama, hasta que me compre ropa interior hasta los tobillos). Usar regularmente las botas de invierno o bien comprarme bastones de esquí. Planear mis salidas para evitar amputaciones innecesarias.

Cosas puntuales antes de vacaciones: tres fiestas de navidad (más la del departamento a la que he ido hoy, con dos tortillas bajo el brazo; bueno, no bajo el brazo). Un cumpleaños. Una probable pelea con el casero ahora que sabe lo de la costosa reparación (y que la paga él). Algunos regalos para llevar. Llevar lo poco valioso que quede al despacho (más riesgo de "visitas" con el frío invernal). Despedirme de los conocidos que no vea en las fiestas. Pasar unas cuantas horas preparando papeleos para la vuelta, y papeleos que hacer en Madrid.

Si me dejo alguna cosa me avisáis...

miércoles, 7 de diciembre de 2005

Se acabó la visita

Tal y como vine, me voy: temprano en una mañana invernal, llegando a otro sitio a la hora de comer, solo que esta vez llego a casa. Vuelvo a las tareas pendientes que me estaban cansando, a los preparativos para el siguiente viaje menos de dos semanas después, a los probables líos con mi casero... curioso que me salga el lado negativo ahora, pero si miro lo bueno no hay color: amigos que me han llamado para ver qué es de mi vida, un par de fiestas de navidad, un posible fin de semana por ahí, dos semanas en España para las vacaciones...

También está el tema del futuro laboral. Aparte de las dos plazas en Montreal, que son difíciles pero había que pedirlas, me han hablado de más plazas, en mi área de trabajo, en un departamento que crece... en Vancouver. No sé a cuántos kilómetros está de aquí, pero está a tres zonas horarias hacia el oeste. Las pediré, cómo no, es una buena oportunidad y por lo que sé Vancouver es un buen sitio para vivir. No es que lo tenga ni medio fácil, pero es la primera oportunidad tangible de algo mejor fuera de Montreal, y cuesta pensar en irse ahora que voy teniendo una vida aquí. Aunque, como bien me ha comentado Tony, este es de los pocos momentos en mi vida en que cambiar es fácil (habla la experiencia, está casado y con tres niñas).

En fin, reflexiones surgidas del insomnio. El siguiente desde casa.

viernes, 2 de diciembre de 2005

Don't super size me

Me he puesto a ver la tele un rato y estaban echando el documental "Super size me", es ese donde un tipo se pasa un mes entero comiendo de McDonalds solamente, las tres comidas del día. Os lo recomiendo mucho, veréis cómo acaba el tipo, a mí se me quitaron las ganas de comida basura.

Pero también me recuerda a mí, hace cinco años cuando vine a Montreal por primera vez. Iba a comer muchas veces al McDonalds que está al lado de la facultad. No tengo fotos de entonces, pero pesaba alrededor de 100 kilos. Y he llegado a estar más gordo. Una foto del 2001 aquí (sí, soy el miniyo del tipo de la izquierda).

Hace un par de años empecé a moverme y hacer ejercicio (gracias Fernando, te debo unas copas y dos cenas) y empecé a perder peso. En un momento dado, unos 4 kilos al mes, hasta menos de 80. Una foto del 2004 aquí.

En serio, cuidaos un poco. No es sólo sentirte mejor cuando te miras al espejo; por encima de eso, está el no cansarte cuando corres 50 metros para coger el autobús, el mejor humor en general, y después del ejercicio en particular. Con un poco vale para empezar: caminar en vez del autobús, escaleras en vez de ascensor...

[...]

Como he tardado un siglo en escribir esto, mientras he visto algo más en la tele. Hay una serie, cada noche una historia de horror, aunque suele ser mezclado con humor y demás. El capítulo de hoy ha sido... difícil de calificar: varias semanas antes de las siguientes elecciones en EEUU, un día los soldados muertos en Irak y enterrados en suelo americano se levantan de sus tumbas. Nada puede matarlos, ni detenerlos, hasta que hayan cumplido su último objetivo: votar. No deja uno de sorprenderse...

jueves, 1 de diciembre de 2005

El ordenador que volvió del frío

Aquí estaba yo, a punto de irme a la cama (he visto "Deuce Bigalow: European gigolo" y me ha dado mucho, mucho sueño) cuando, en un ataque de egocentrismo, me he buscado en Google. Y luego, por probar, he buscado "david en canada", con las comillas, que si no salen todos y cada uno de mis tocayos canadienses. Y allí estaba este blog, curiosamente. Pero más abajo había un enlace a algo llamado "BlogShares", y me he encontrado con que este blog vale B$2.600, alguien ha comprado el 80% de las acciones (el otro 20% está reservado para mí), y algunas cosas más. Claro, todo esto no es dinero de verdad: es una especie de juego de la bolsa, donde los valores son virtuales, cómo no. Pero es curioso cuanto menos...

En otro orden de cosas, la semana sigue igual: yo en el hotel, Tony yendo y viniendo, y quedando conmigo a ratos sueltos, nada que hacer en los alrededores... además mi ordenador vuelve a tener achaques, se calienta demasiado y se apaga de repente. Para evitarlo, lo único que podía hacer era dejarlo un largo rato apagado, pero aquí estoy experimentando métodos más expeditivos: el otro día cuando se apagó salí a dar un paseo rápido para desentumecerme, y se me ocurrió llevarme el ordenador bajo el brazo para que se le bajaran los humos. Diez minutos después volví, y funcionaba como la seda, aunque el teclado estaba un poco frío.

Como no quiero acatarrarme por culpa del portátil, ahora aprovecho el frigorífico. No es que deje el ordenador dentro (bueno, mientras me ducho a veces) pero soy un poco más refinado: saco las dos cubiteras del congelador, las pongo en la mesa con el ordenador encima, y a trabajar. Os pondría una foto, pero las pilas cargadas más cercanas están en una gasolinera a una milla de aquí más o menos.

También es culpa mía el recalentamiento, por tenerlo todo el día encendido; pero una conexión 24h a internet no vale la pena desaprovecharla, que tengo muchas películas por ver, y si me dedico a otras cosas, como la tele o leer, es mucho peor. La tele vale para los Simpons, Futurama, Family guy, American dad (todo esto son series de dibujos animados de estilos parecidos, para los no iniciados). Lo demás es perder neuronas a lo tonto; probad a estar un mes entero sin ver la tele, si podéis, y cuando volváis sabréis realmente qué es lo que os estábais tragando. En cuanto a libros, tengo sólo dos y uno a punto de acabarlo, si me pongo en serio a leer en dos días habré terminado así que prefiero dosificar. También tengo uno de sudokus, pero lo guardo para el viaje de avión.

En fin, si no me cargo el ordenador a base de estos choques de temperatura, seguiré escribiendo desde aquí. Pasado mañana doy la segunda charla, y luego hasta el miércoles a trabajar lo que pueda con este hombre. Ya os contaré.