jueves, 28 de septiembre de 2006

Trece cosas verdes

Cosas verdes en mi salón, siguiendo la cadena...

Las plantas ...

 


... el cogedor ...



... el contenedor para reciclar ...



... el dragón y el cojín-rana ...

 


... el sofá y la mesa plegable escondida detrás ...

 


... la araña y la rana sobre el piano ...

 


... un cuaderno ...



... y el cocodrilo guardando la lámpara.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Operación

Hoy he ido al hospital a hacerme las pruebas para la operación de hernia, que será el martes si no hay cambios de última hora. Me han sacado sangre, medido la tensión, pesado, y hecho las preguntas de siempre. Me harán una laparoscopia, es decir, un par de agujeros por los que manipular. La operación en sí son sólo quince o veinte minutos, pero salir de la anestesia y estar en condiciones de salir del hospital son un par de horas como mínimo. Aun así, salvo contratiempos saldré andando yo mismo ese día. Ahí habrá que verme, yo que me mareaba siempre que me sacaban sangre (aunque desde hace dos años, y por cecisión propia, ya no me mareo).

Tiene que haber alguien conmigo, así que el padre de Rana será el que me acompañe y me ayude a volver. Me han dicho que después serán unas semanas hasta que se pase del todo, mientras tanto sin coger peso ni hacer nada que duela, como reírme. (!)

La verdad es que me llevo bien con mi futuro suegro, aunque no es que nos veamos muchísimo. Vive con Rana y su hermana desde hace unos meses, y pasa la mayor parte del tiempo escribiendo un libro o artículos sobre Iraq. Me cae muy bien, tiene sentido del humor y es muy interesante hablar con él.

Cambiando de tema, alucino leyendo que en Venezuela hay un etarra, acusado de tres asesinatos en España, que está trabajando en uno de los ministerios del gobierno. Me pregunto si la justicia española ha solicitado que lo extraditen, o si el gobierno venezolano pasa del tema; sea cual sea la respuesta, me parece tremendo. En fin, cosas peores hay: leed esta noticia sobre recientes reivindicaciones del pueblo saharaui a la ONU y seguid los enlaces que hay hacia el final sobre los abusos que tuvo que aguantar la activista y colaboradores.

lunes, 25 de septiembre de 2006

Estrés

La semana pasada empecé a ir a un curso que dan aquí en Concordia, sobre superficies de Riemann (matemáticas, vamos) para ver si aprendo algo, porque el tema está relacionado un poco con las cosas que yo hago, aunque en realidad sólo hago calculos por aquí y por allá sin saber si le valen a alguien (sospecho que no). Hoy he empezado otro, sobre cuerpos algebraicos de números (matemáticas, vamos) porque John mencionó el otro día que uno de los cálculos que estoy haciendo estaba relacionado con eso.

El caso es que en más de un año apenas he investigado nada. En parte por ser un vago, o más concretamente por falta de disciplina para pegar el culo a la silla y aprender cosas nuevas, o tirarme al precipicio investigando algo desconocido, en vez del cómodo tecleo del trabajo con ordenador. Pero en mayor parte todavía, porque mi jefe no me da cosas que hacer. ¡Cálculos! Pero si no están destinados a ninguna investigación en concreto, ¿para qué los hago?

Y este no es como otros trabajos, donde cobrar es condición suficiente para hacer lo que te digan, aunque sea hacer el vago. Aquí, si no investigo y publico, mi CV no mejora (publicar es lo que más cuenta) y será muy difícil encontrar trabajo en el futuro, que la carrera de investigador ya es complicada de por sí. Así que lo hago por mí sobre todo.

Hoy durante y después de los cursos me ha dado un bajón: aquí estoy yo, aprendiendo cosas, como los dos meses que John se fue (aunque entonces fue por mi cuenta, que exige más disciplina) pero sin saber para qué lo hago. Son cosas interesantes, sí, pero ¿me valdrán para algo o caerán en saco roto? ¿No debería estar produciendo cosas en vez de prepararme para... nada?

Investigar por mi cuenta es lo que tengo que hacer, pero hay que conocer el tema para saber dónde rascar, y no es mi caso porque, como no he investigado en estos temas de mi jefe, no he aprendido casi nada. Asumir mi parte de culpa no me hace sentirme mejor, claro. Así que supongo que volveré a leerme mi propia tesis, para ver qué puedo rascar en los temas que ya conozco. Y a aprovechar por mi cuenta los 8 meses que me quedan con él. La verdad, si me dan la beca de dos años que había pedido para quedarme, la cogeré pero no dejaré de buscar cosas para irme de aquí.

Ea, que no se diga que no me desahogo con el blog. Para contar algo positivo, diré que me he llevado una muy buena sorpresa hoy, con la venta anual de libros usados de Concordia. Montones de libros a 1, 2 y 3 dólares casi todos. Me he acabado comprando unos 16 libros por $35. ¡Y mañana abren otra vez! Ah, mañana empiezo mi curso de aerobic nada menos que a las 8am, si no escribo en un par de semanas ya sabéis por qué ha sido.

viernes, 22 de septiembre de 2006

Ya no habrá rubia...

Hace más de un año y medio este blog comenzaba con una predicción que me hizo un vidente de coña, y que desde entonces ha figurado en la cabecera de arriba. En fin, nunca hice nada por buscar a la rubia (sé que según algunos lectores, la rubia soy yo), pero cuando empecé a salir con Rana hace más de un año, las probabilidades se hicieron casi nulas. Y ahora que son cero, pues vamos a casarnos.

Sí, todavía suena un poco raro cuando lo escribo: voy a casarme. Cuando la idea empezó a surgir me acojonaba bastante, pero se va uno haciendo a ello. Creo que todo consiste en "desaprender" lo que significa el matrimonio: películas, chascarrillos, chistes y tópicos... también ayuda mucho el que tus amigos vayan casándose poco a poco, cómo no.

En fin, sólo sé que será alrededor de mayo. No sé si aquí o en España, aunque lo segundo está complicado, porque hay que hacer unos papeleos tremendos (ya os contaré).

Por contar algo más materialista, me han devuelto ayer los impuestos provinciales. Lo mejor no es que sean casi 2000 dólares (los postdoc tenemos derecho a devolución completa). Lo mejor es que a mi amigo Emmanuel, que siempre me recuerda cómo a él no le retienen impuestos por causas desconocidas, no le devolverán nada. ¡Espero! Bueno, por estar casado seguro que algo sí. Que nadie se piense que me caso por lo mismo.

Ya os tendré al día de planes de boda...

martes, 19 de septiembre de 2006

Héroes canadienses: Roméo Dallaire

Hace tiempo ya, vi una película que llevaba tiempo llamándome la atención: Hotel Rwanda (que os recomiendo mucho). En ella se cuenta cómo un encargado de un hotel de lujo salvó a más de mil personas de morir asesinadas en la limpieza étnica del 94 en Rwanda, en la que en sólo 100 días se asesinó a un millón de personas. Uno de los personajes de la película era un militar de la ONU, que no pudo hacer nada por evitar la matanza, pues los jefes le prohibieron intervenir. Y está basado en alguien real: Roméo Dallaire, quien estuvo al mando de aquella unidad en el conflicto.

Antes de comenzar el genocidio, en enero de 1994, se localizaron armas llegando por avión al país. A Dallaire no se le permitió confiscarlas, dado que se salía de sus competencias como parte de la fuerza de Naciones Unidas, que sólo estaba allí para supervisar la transición de poder al nuevo gobierno electo.

Tres meses después, el avión del presidente fue derribado. Dallaire mandó a diez de sus soldados, de nacionalidad belga, a proteger a la primera ministra. Los soldados fueron asesinados por las milicias, y en respuesta Bélgica retiró inmediatamente a sus todos sus soldados, que eran los mejor preparados. Dado que la situación estaba empeorando rápidamente, Dallaire solicitó 2.000 soldados más, estimando que 4.000 soldados serían suficientes para intervenir y evitar el genocidio. Su solicitud fue denegada, y de hecho el Consejo de Seguridad votó reducir la fuerza en 260 hombres.

Con un genocidio a escala nacional creciendo a su alrededor, Dallaire consiguió defender ciertas zonas, donde sabía que había Tutsis escondiéndose. Estando rodeados y mucho menos armados que las milicias, aun así consiguieron salvar a muchos; se considera que las fuerzas de la ONU salvaron de manera directa al menos a 20.000 Tutsis.

Cuando volvió a Canadá, se mantuvo en el ejército hasta el año 2000, cuando se le licenció tras diagnosticársele estrés post-traumático. Culpándose a sí mismo por no haber actuado mejor, cayó en una profunda depresión. Los periódicos canadienses se hicieron eco, en el verano del 2000, de que se le había encontrado inconsciente debajo de un parque.

Tras tocar fondo en aquella época, comenzó a dar charlas y a escribir; se ha dedicado desde entonces a promover diversas causas en favor de afectados por la guerra en el mundo y los derechos humanos. Ha recibido numerosos premios, y cuando se celebró en Canadá la votación al "canadiense más grande", quedó el 16. Es senador desde 2005 y es parte del Comité de Asesoramiento sobre Prevención de Genocidios de la ONU.

Ya llevaba tiempo con esto a medio escribir; casualmente, hace un par de semanas han anunciado que formará parte del Insituto de Montreal para Estudios sobre Genocidios y Derechos Humanos, que tiene su base precisamente en mi universidad. Así que ya aprovecho.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

De nuevo en casita

Hace dos días llegué. El viaje fue complicadillo pero nada del otro mundo: el primer avión sale con retraso por una tormenta, así que me toca correr por el aeropuerto, y por supuesto llego, y por supuesto mi maleta no llega. De hecho llegó ayer por la noche, al menos la botella de orujo estaba intacta, aunque la maleta no, había perdido un par de cremalleras por el camino.

Esa misma noche me tocó dar un tutorial de 100 minutos, y andaba yo tan cansado y descentrado, que no se me ocurrían ejemplos de implicaciones lógicas. Así que, en un momento de cortocircuito cerebral, escribo en la pizarra: "niños -> sexo", y les explico que no es lo mismo que "sexo -> niños", porque la primera es claramente cierta y la segunda a veces no. En fin, creo que algunos se quedaron muy sorprendidos con el profesor tan progre que les ha tocado. Y encima lo que dije no es verdad, no conté con las adopciones...

Ayer pasé el día arreglando papeles: firmando mi contrato de profesor, otros papeles parecidos, y enterándome de cómo renovar mi tarjeta del médico, porque ayer mismo me llamaron del hospital para decirme que me operan el 3 de octubre (de una hernia) y si no la tengo me toca pagar un dineral.

Hoy he tenido la primera clase de la asignatura que doy, muchos alumnos, pero la clase fue bien. Pronto me darán una oficina que podré usar para las horas de oficina con ellos. Y ahora, a hacer muchos más papeleos, pidiendo plazas, porque el 31 de mayo se me acaba el contrato y el permiso de trabajo. Aunque tengo más planes en mente, pronto contaré. Mientras tanto, la verdad es que estoy un poco de bajón, igual es la resaca vacacional, que no recuerdo haber sentido nunca antes. Tampoco han sido unas vacaciones muy especiales, no sé, misterios del alma humana. O será que aquí ya llueve y hace fresquito.

Os pongo unas fotos de las vacaciones. Al llegar (falta mi padre):




En Castro Urdiales:
 


De boda en Sevilla:
 


PD: igual alguno ha visto las noticias y anda algo preocupado, que sepáis que ha sido cerca (entre mi apartamento y el de Rana, a 10 minutos a pie a medio camino) pero nada que ver conmigo, yo andaba en otro sitio lejos.

martes, 5 de septiembre de 2006

De vuelta en Madrid

Ea, ayer llegué a casa de Santander. De hecho, llegué ANTES de lo previsto, ¡gracias a Iberia! Sí, no lo he soñado, pasó de verdad: parece que se había averiado mi avión, el de las 11:45, así que me pusieron en un hueco que tenían en el de las 11:15 (en realidad no hay avión a las 11:15, hay uno a las 08:00 con tres horas de retraso).

Ha sido toda una experiencia lo de irse a Castro, ha habido nostalgia por los tiempos pasados, nostalgia por mi casa que está muy lejos, mucha diversión, algo de soledad, mucha resolución para arreglar cosas cuando vuelva.

Y ahora, a disfrutar lo que me queda, empezando por tres días de ver a mis amigos en Madrid, a ver si consigo cuadrarlos a todos.