Fin de curso
Os miro mientras os esforzáis con la última prueba, con la barrera que os separa de un curso menos quizás, y de unas vacaciones más o menos merecidas, yo no sé qué os importa más. Por mi parte, veo un montón de gente tomándose en serio el reto sobre el papel, y me alegro por ello.
De alguna manera, hemos sido compañeros. Aunque yo fuera el que hablaba todo el tiempo, el que os decía qué hacer y cómo hacerlo, en realidad ha sido un pacto, un esfuerzo mutuo para conseguir el objetivo: que aprendáis, que aprobéis, que estéis satisfechos con el resultado o con vosotros mismos. Y lo espero, yo por mi parte lo estoy, aunque podía haber sacado mejor nota, creo yo.
Os pregunto al salir, espero que os haya ido bien, muchos sonreís, no era tan difícil. Saludos, felicitaciones para las fiestas, varios apretones de manos... cercanía humana que yo sí he sentido durante el curso, y creo que a pesar de los roles distintos, algunos también habréis sentido como yo. Un último momento de contacto, el agradecimiento borra la distinción entre alumnos y profesores.
Al día siguiente, trabajar las notas. Es difícil, cuesta tener el peso de decidir sobre el futuro de la gente a la que conoces un poco. Por un momento pienso en la dicotomía de tener el poder de aprobaros o no, al mismo tiempo sé que no voy a tomar la decisión de romper yo las reglas, aunque el sistema no sea bueno es mejor cambiarlo que eliminarlo. Mucha filosofía para unas cuantas notas. Veo las puntuaciones que los otros profesores han puesto en los primeros ejercicios, me rebelo o me alegro de la manera más infantil cuando veo quién de los míos ha conseguido unos puntos por aquí o ninguno por allá. Pues claro que son míos, ¿de quién si no van a ser? Más de cincuenta hijos de prestado en cuyas notas pensar.
La mayoría ya sabéis que aquí hay algo en juego pero no la vida ni el futuro, que de eso siempre hay mucho y viene en muchos formatos distintos. Algunos no lo tendréis tan claro, cómo no, yo tengo bastante culpa por vuestro suspenso o malas notas; hasta yo lo veo así un poco también. Inseguridades de profesor: ¿cómo habrán sido los estudiantes de las otras clases? ¿Enseñé a los míos suficientemente bien?
En poco tiempo habré acabado con esto, aunque seguramente me quedará todavía que ver a los que vengáis para juzgar la afrenta cometida contra vosotros. Después, cada uno por su lado, a repetir su propio ciclo.
Veo que ya hay sesenta alumnos en mi curso de invierno. Pulso en "ver fotos". Caras de ilusión y de hastío mezcladas, me asustáis un poco habiendo depositado vuestra confianza en mí... dos segundos después mi pequeña inseguridad se ha ido hasta la próxima vez, me visitará todavía algunas veces mas en el curso que comienza.
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