Deporte por fin, y otros entretenimientos
Y luego dicen que el deporte es bueno. Después de haber intentado jugar al fútbol varias veces (nunca encontraba a la gente que va a jugar) ayer domingo lo conseguí. Claro, con tanto tiempo sin hacer nada de ejercicio, a los diez minutos ya estaba echando los pulmones por la boca; pero seguí, me esforcé, y me lo pase genial. Ahora me toca pagar el precio: los abueletes me adelantan por la calle de lo despacito que voy. Lo único malo es que el domingo que viene salgo para España así que no iré a jugar, y cuando vuelva a mediados de septiembre será un poco difícil que haga buen tiempo para echar un partido, pero se intentará.
El resto del fin de semana estuvo muy bien. El sábado hice el vago hasta la tarde, cuando fui a un concierto de apoyo al pueblo libanés. Tocaron muchas canciones de resistencia, lucha y demás, que por supuesto no entendí, y los muchos árabes que fueron se lo pasaron como enanos con la musica que conocían. Para mí fue otra cosa...
El grupo tenia unas diez personas, con seis cantantes, pero algunos no cantaban mucho, porque no se sabían bien las letras (casi todos llevaban un cuaderno con la letra escrita, de todas maneras). Era gracioso verles parar unos segundos hasta que podían seguir cantando cuando se acordaban. Pero lo peor eran la batería y el teclado... tenían el volumen mucho más alto que los demás, así que cuando empezaban a tocar una nueva canción, me sentía transportado de golpe a aquellos veranos en Madrid, con ventanas abiertas a tope por el calor a la hora de la siesta, cuando de repente empezaba a sonar un pasodoble cutre y ruidoso interpretado por un gitano con teclado electrónico del que no había manera de librarse.
En fin, las canciones no estaban mal, pero el grupo no era muy bueno; claro que, si eres inmigrante y vas a un concierto donde tocan música de tu país, pues supongo que no te importe mucho. Hum, retiro lo dicho, no me imagino dando palmas en un concierto del Fary o de Raphael si vinieran a Montreal.
Para acabar el finde, fui a IKEA a cambiar una lámpara que me regalaron y no funcionaba bien, y acabe comprando unas cuantas tonterías, cómo no. Al menos eran tonterías baratas (un par de peluches al año no hacen daño).
1 comentarios:
Raphael vino a cantar a Montreal en 1980 y con mucho exito...Si! un publico de todas edades y de todos los paises hispanos vinieron a escuchar LA vo de Espana
Saludos
Marco-Antonio
Publicar un comentario