lunes, 16 de enero de 2006

Que me devuelvan mi dinero

No hay como quejarse. Resulta que hace algunos días tuvimos una "ola de calor". No es que hiciera realmente calor, pero podías salir a la calle casi sin abrigo, la nieve se derritió... un desastre, después de haberme comprado un abrigo que hace que mi envergadura se duplique, una bufanda que es el doble de larga que cualquiera que yo haya visto antes, etc. Así que yo iba por ahí diciendo "vaya mierda de invierno que tenéis en Montreal" y cosas parecidas. Hasta que el sábado empezó a nevar otra vez, y eso por sí solo no significa nada, pero como luego las temperaturas bajaron de golpe unos veinte grados, pues la poca nieve que había caído se heló, y yo con zapatillas de deporte intentando no escojonciarme. Para que luego digan que Dios no existe. Ahora, castigado con temperaturas por debajo de -15, me duelen hasta los dientes del frío que se coge en la calle en cinco minutos.

En fin, anécdotas aparte, todo sigue muy tranquilo. La semana pasada empecé las clases en la uni, en realidad sólo las prácticas de una asignatura. Pero está interesante, es matemática discreta así que son cosas que uso todo el tiempo pero que nunca tuve que enseñarle a nadie; aunque, como John es un poco desastre, tengo que andar preguntándole qué les ha contado en clase (el curso lo da él) porque se salta las cosas previstas. Además esta semana empiezo los cursos de tango (pocos esta vez) y ya empecé con los niños la semana pasada.

Por otra parte, hoy he tenido una clase un poco movida, más que nada porque no era la mía. Resulta que John se cayó en la calle el otro día y hoy no podía venir, así que le he sustituido. En principio era fácil, porque es un curso sobre un programa (Maple) que yo uso todo el tiempo. Además iba a ser pan comido porque en su web de profesor se suponía que había un fichero de ejemplos y eso. Claro, se suponía, porque hasta 30 minutos antes de la clase no he conseguido su clave, y hasta 15 minutos antes no he visto que no había nada para esta clase. Como por suerte el coordinador de la asignatura me había dejado echarle un vistazo al fichero en su cuenta, he podido saber un poco lo que contarles.

Lo mejor ha sido cuando, terminando la clase, una alumna levanta la mano, me paro para ver qué quiere, y me pregunta "¿va a darnos clase más veces?". Claro, que compararme con John no tiene mucho mérito... (casi todos los votos dan la puntuación mínima, menos uno que le dio una muy alta, porque hay otro John McKay en la universidad).

Este finde ha resultado también interesante, hemos ido a patinar a otro sitio, que era peor porque estaba lleno y era más pequeño, y encima lleno de niños, con lo peligrosos que son. También allí tuvimos anécdota: nos sentamos para descansar, y veo sobre una mesa una bolsa de plástico con envoltorios arrugados. Menos uno, que era de un Kit Kat, que parecía muy entero... en efecto, alguien se había dejado uno sin abrir entre las sobras. Me pongo a comerlo, me cambio de sitio para estar más cerca de los amigos, y entonces viene una madre con su hija y se pone a ver que faltaba un Kit Kat. Resulta que se lo habían dejado ellas, pensando en volver. Culpa suya, por dejar cosas donde se puede sentar cualquiera. Encima yo dejé el envoltorio vacío en el mismo sitio cuando acabé...

Ayer fuimos al cine, vimos una película extranjera que se llama "Live and become" sobre un niño etíope al que su madre manda a escondidas con otra mujer a Israel para que no se muera de hambre. Recomendada queda, si podéis encontrarla. La semana que viene igual vamos otra vez (a ver otra peli, claro). Ya os contaré.

2 comentarios:

... y Anónimo dijo...

Hola David,

Ya veo que te van a deportar por el latrocinio de un Kit-Kat. Que pocas entrañas que tienes. Quitarle a una niña una chocolatina... Menos mal que estás en Canadá y te cortas un pelo, ¿qué habrías hecho si te hubiese sorprendido la ocasión en El Retiro de Madrid (¿o era la Casa de Campo donde tu...?)?

Bueno, saludos desde la frígida Cantabria.

... y Anónimo dijo...

¿frigida?, ¿que no disfruta con el sexo?....