Deportes de invierno
Ea, ya llevo unos días en Montreal. El viaje de vuelta se me hizo muy corto de nuevo, salvo por las 20 horas en Londres, aunque valió la pena porque pasé un rato muy bueno con mi amiga Carmen (qué pena no haber hecho alguna foto para el weblog) que vive en Oxford, toda una campeona.
Para empezar bien el invierno este año, fui a patinar el otro día. La verdad es que tenía algo de miedo, más que nada porque sólo lo había hecho una vez hace años y resulta que, aparte de alguna caída propia, lo que más recuerdo es cómo una vez me cayó alguien encima cuando yo ya estaba en el suelo, acertando con su rodilla sobre mi cabeza. Pero bueno, hay que superarse, así que allá fuimos unos cuantos.
Aparte del buen recuerdo, me queda como souvenir un dolor muscular en el cuello, provocado probablemente por la tensión del debutante, unido quizás a la caída de espaldas que protagonicé (bellísima según mis amigos).
En otro orden de cosas: fui a una tienda de música a preguntar por teclados; quiero tocar el piano en casa mejor que andar de visita, y un piano de verdad sería caro, requiere mantenimiento, si me mudo es un lío, etc. así que mejor uno electrónico. Y resulta que en un par de semanas tienen uno que me puede ir como anillo al dedo, y encima es más barato de lo que esperaba. Si todo va bien, antes de febrero lo tendré.
Y por ahora, poco trabajo porque ando con papeleos, voy a pedir otra plaza más aquí en Montreal, a ver si suena la flauta. Por ahora no pediré nada más (ya había pedido otra aquí mismo) porque no hay nada de mi área y paso de "papelear" a lo tonto, pero ya seguiré, que algo caerá.
0 comentarios:
Publicar un comentario