Cuentos chinos
Hubo elecciones aquí el lunes, y ganaron los conservadores. El nuevo primer ministro es un tipo que ha dicho cosas como que quiere sacar a Canadá del protocolo de Kyoto, aumentar el presupuesto militar, mejorar las relaciones con EEUU, y otras lindezas. El consuelo es que gobierna en minoría, así que tendrá que hacer muchos tratos con partidos no afines, y no podrá sacar muchas de estas cosas adelante; en España ya sabemos lo que las mayorías absolutas pueden hacer.
El jueves fui con una amiga a Chinatown, porque como aquí a veces te toca un médico un poco malo ella quería ir a un médico chino, y a mí me apetecía visitar otra vez la zona. Total, la medicina china es bastante distinta de la occidental, usan muchas más hierbas, y ven el cuerpo humano de otra manera. El caso es que aproveché para preguntar si tenían algún té que ayudara a la digestión, y me dieron dos cajitas misteriosas.
Una de ellas son pastillas para chupar. La otra son unos botecitos que tienes que tomarte después de las comidas. O eso creo recordar, porque en las cajas está casi todo en chino. Que no me pase nada.
El finde pasado fui a tirarme por la nieve en trineo, nos lo pasamos como enanos. Aparte del sitio lleno de gente, luego a la vuelta mi amigo Emmanuel y yo nos lanzamos colina abajo por un sitio donde había árboles, nos la jugamos un poco pero fue emocionante. Seguro que volveremos a intentarlo un día de estos.
Y poco más por ahora...
2 comentarios:
Bueno en todo caso si se te dilatan las pupilas podrás decir aquello de "que buena está esta mierda"
¿Ese es Emmanuel?, la leche, no le reconocia con los palmos que ha crecido.
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