sábado, 28 de enero de 2006

Cuentos chinos

Hubo elecciones aquí el lunes, y ganaron los conservadores. El nuevo primer ministro es un tipo que ha dicho cosas como que quiere sacar a Canadá del protocolo de Kyoto, aumentar el presupuesto militar, mejorar las relaciones con EEUU, y otras lindezas. El consuelo es que gobierna en minoría, así que tendrá que hacer muchos tratos con partidos no afines, y no podrá sacar muchas de estas cosas adelante; en España ya sabemos lo que las mayorías absolutas pueden hacer.

El jueves fui con una amiga a Chinatown, porque como aquí a veces te toca un médico un poco malo ella quería ir a un médico chino, y a mí me apetecía visitar otra vez la zona. Total, la medicina china es bastante distinta de la occidental, usan muchas más hierbas, y ven el cuerpo humano de otra manera. El caso es que aproveché para preguntar si tenían algún té que ayudara a la digestión, y me dieron dos cajitas misteriosas.

 


Una de ellas son pastillas para chupar. La otra son unos botecitos que tienes que tomarte después de las comidas. O eso creo recordar, porque en las cajas está casi todo en chino. Que no me pase nada.

El finde pasado fui a tirarme por la nieve en trineo, nos lo pasamos como enanos. Aparte del sitio lleno de gente, luego a la vuelta mi amigo Emmanuel y yo nos lanzamos colina abajo por un sitio donde había árboles, nos la jugamos un poco pero fue emocionante. Seguro que volveremos a intentarlo un día de estos.



Y poco más por ahora...

2 comentarios:

... y Anónimo dijo...

Bueno en todo caso si se te dilatan las pupilas podrás decir aquello de "que buena está esta mierda"

... y Anónimo dijo...

¿Ese es Emmanuel?, la leche, no le reconocia con los palmos que ha crecido.