domingo, 28 de agosto de 2005

Visita fugaz a Santander

Muchos lo sabéis obviamente, pero lo cuento igual: como aquí en Madrid mucha gente no estaba disponible, me fui rápidamente a Santander, a pasar viernes y sábado. Me lo he pasado genial, y he tenido muchas sensaciones allí: sentirme como si hiciera veinte años que me fui; sentirme como en casa; ver a la gente, que no cambia y que al mismo tiempo es ya muy diferente de la última vez, como yo mismo. Todas positivas, en cualquier caso.

No pude ver a casi nadie en la universidad porque llegué el viernes a la hora de comer y ya estaba cerrada, toda una pena. Al menos consegué cenar y bailar con muchos amigos: Jesús, Iván, Beatriz, Ana, Laura, José Luis y Fernando (no bailé con todos, ¡saludos!).

El sábado lo pasé tranquilo (el estómago me estaba dando la lata) pero también vi a unos cuantos amigos, de los que no tengo fotos (saludos a Carmen, Mario, María y Paquito, y de nuevo a Fernando). Un rato después cogí el autobús a Madrid, con la sensación de haber aprovechado bien el tiempo. En muchos sentidos. Espero que la semana que me queda mantenga el nivel...

1 comentarios:

... y Anónimo dijo...

Hola David,

Es lo que tiene Santander, que un poco fuera de, es mucho. Es de los pocos sitios a los que uno, por mucho que eche de menos, nunca es suficiente. Siempre te quedas con ganas de echarla aún más de menos.

Me imagino cómo será ese día para mi. Cada vez falta menos... aunque creo que con estas palabras, el día que desaparezca no podré volver, como haces tu.

Solo una cosilla sin importancia. A quien me ha hecho la foto: ¡¡tienes un nuevo enemigo mortal!!. No se bien quién ha sido, pero es lo mismo: mejor que paguen 5 inocentes que dejar a un culpable suelto...