Fly away
Dentro de una hora cojo el taxi hacia el aeropuerto. Si fuera un tío nervioso estaría acordándome de los accidentes aéreos de Toronto (2 de agosto, milagrosamente sin víctimas); Atenas (14 de agosto, 121 víctimas); Venezuela (16 de agosto, 160 víctimas); más los 17 soldados españoles, y otros aviones pequeños. No veo la tele, no compro periódicos... pero cada vez que me entero de algo, ha habido otro accidente aéreo. En fin, si conseguí volver de Canadá a España un mes después del 11-S sin contratiempos, ahora estoy más que tranquilo.
Ah, a todo esto, no me ha llegado el permiso de trabajo. Si llega estos días me lo mandarán urgentemente; si no, cuando me vuelva a Canadá el día 3 con mi hermano y mi madre (que van a visitarme dos semanas) tendré que solicitarlo en el punto de entrada al país. Es decir: volver a pagar 150$, entregar todos los papeles, posiblemente un examen médico, quizás una entrevista, e indudablemente muchas horas en el aeropuerto hasta que decidan si me dejan entrar o me obligan a volverme. Vamos, que me veréis de protagonista en la segunda parte de "La terminal"...
Pero bueno, sin adelantar acontecimientos. Mañana a la hora de comer andaré por casa. El próximo post, desde Madrid.
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