viernes, 2 de febrero de 2007

Justicia para todos

Hace un par de meses, el Tribunal Supremo español ha ordenado que se investigue la muerte del periodista José Couso, que ocurrió en Irak en 2003 a causa de los disparos de un tanque estadounidense contra el hotel donde se hospedaba la prensa internacional.

También, hace ya tiempo leí que el Parlamento Europeo apoyó la extradición a España de un ex-presidente guatemalteco y colaboradores, acusados de genocidio y torturas (más de 200.000 personas murieron asesinadas). Es otro paso más en la lucha contra la impunidad que muchos ex-dictadores tienen en sus países. Otros ejemplos de lucha contra la impunidad son los casos abiertos en Alemania e Italia contra agentes gubernamentales estadounidenses (de la CIA) por los secuestros en suelo europeo de gente llevada a otros países para ser torturada. En el caso alemán, se pudo identificar a varios de los agentes gracias a investigaciones previas de la Guardia Civil, ya que se hospedaron en un hotel en las Baleares antes del secuestro. Por cierto, hay un ciudadano canadiense, Maher Arar, al que le pasó lo mismo: fue secuestrado en EEUU en relación con una investigación de la policía canadiense, llevado a Siria, retenido durante un año, torturado, y finalmente devuelto a Canadá; hace pocos días el gobierno canadiense se ha disculpado y le ha dado 11 millones de dólares como compensación.

Volviendo al tema, recordemos otros casos parecidos en los que ha intervenido la justicia española, basándose en el principio de justicia internacional: los crímenes contra la humanidad pueden ser juzgados en cualquier parte, cualquier estado puede juzgar por estos delitos.


  • En 1998, el ex-dictador chileno Augusto Pinochet viajó al Reino unido para un tratamiento médico. Cuando estaba allí, fue retenido por una orden internacional emitida por el juez Baltasar Garzón, por cargos de tortura a ciudadanos españoles. Tras 16 meses de batalla fue liberado por razones médicas (chiste: ¿cómo llamaban los chilenos a Pinochet entonces? El paciente inglés). A pesar de esto, en mayo de 2004 la Corte Suprema chilena decidió que estaba en facultades de ser juzgado, y fue acusado de varios crímenes en diciembre de ese año. Si no hubiera sido por la intervención de Garzón, probablemente nunca se hubiera perseguido a Pinochet en su país.

  • En diciembre de 1999, la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú presentó una denuncia en España por crímenes cometidos por el ex-dictador guatemalteco. Varios años después, en octubre de 2005, el Tribunal Constitucional sentenció que los tribunales españoles pueden juzgar delitos de genocidio y crímenes contra la humanidad cometidos en cualquier parte del mundo, aunque no haya víctimas españolas involucradas.

  • A raíz de la muerte del cámara José Couso en abril de 2003 en Irak, y dado que EE.UU. no respondió a la petición de documentación ni de autorización para que una comisión judicial interrogara a los soldados involucrados, un juez ordenó la búsqueda y captura de esos soldados en 2005. No olvidemos que EE.UU. es uno de los países que no ha ratificado la Corte Penal Internacional, de hecho es su más firme opositor (podéis leer en Wikipedia sobre este tema, está en inglés).

También está Garzón contra los criminales de la dictadura argentina, tema del que no sé casi nada y apenas he podido encontrar... los jueces españoles no tienen muy buena fama en casa, pero al menos internacionalmente no lo hacen nada mal.

En fin, un poco de esperanza de justicia en el mundo, lo de la paz es otra historia...

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